Se estima que el dolor crónico afecta a uno de cada diez adultos en el mundo y en el caso de Latinoamérica, se estima que tres de cada diez personas lo padecen.
En ese sentido, instituciones como la Organización Mundial de la Salud han señalado que se debe reconocer el alivio de esta condición como parte integral del derecho a la salud física y mental.
Así mismo, la OMS ha advertido que la independencia de los individuos puede limitarse tanto, que este padecimiento es considerado como uno de los problemas de salud más subestimados globalmente y que, alrededor de la mitad de quienes padecen dolor crónico no pueden hacer ejercicio, dormir adecuadamente, caminar, conducir un auto; así como desempeñar actividades domésticas sencillas.
Para el doctor Felipe Mejía, Anestesiólogo, especialista en dolor y presidente de la Asociación Colombiana de Estudio para el Dolor (ACED), es primordial el diagnóstico oportuno del dolor crónico.
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Igualmente, tener un abordaje multidisciplinario e integral para esta enfermedad, dado que esta condición impacta de manera significativa la calidad de vida, la funcionalidad de las personas y diferentes ámbitos como el emocional, social y laboral.
Características y datos:
1. Condición prolongada. El dolor crónico es aquel que persiste más allá del tiempo normal de curación, cuando éste se prolonga por más de 3 meses, se considera crónico.
2. Intensidad. En la actualidad, preguntar por cuán intenso es el dolor que siente el paciente forma parte del protocolo de atención médica. En Colombia, el 42% las personas con dolor crónico manifiestan que es severo, y el 39% que es moderado.
3. Alta prevalencia. Se estima que 3 de cada 10 personas sufren de dolor crónico en Latinoamérica y, en el mundo el uno de cada diez adultos padece esta condición.
4. Multicausal. Puede tener como antecedentes una infección, algún problema de espalda o enfermedades como cáncer, artritis, dolor neuropático, fibromialgia, entre otros. Sin embargo, a diferencia del dolor agudo, la enfermedad de base deja de ser el origen y el dolor se hace crónico, y se convierte en si mismo en una enfermedad, por lo que debe ser tratado como una condición independiente.
5. Impacto en la calidad de vida. Además del impacto en el funcionamiento físico, puede ocasionar ansiedad, depresión, perturbaciones del sueño, entre otros problemas que impiden el desarrollo personal del paciente. Por otro lado, investigaciones recientes indican que el 78% de pacientes no se encuentran satisfechos con la eficiencia del tratamiento que reciben.
Así mismo, diferentes estudios indican la necesidad que los diversos actores del sector salud trabajen en conjunto, para mejorar la comprensión que se tiene sobre el dolor crónico a fin de ofrecer un diagnóstico oportuno y un manejo adecuado para los pacientes que sufren esta condición