La avena es un cereal que cuenta con alto contenido de calcio, proteína y fibra, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN). En cuanto a los micronutrientes, la avena posee un alto contenido de hierro, magnesio, zinc, fósforo, tiamina (vitamina B1), vitamina B6 y folatos, además de ser fuente de potasio y vitamina E. Adicionalmente, puede reducir los niveles de azúcar en la sangre.
Una colección de revisiones publicadas en la revista científica British Journal of Nutrition, indica que este alimento es determinante en la mejora de la saciedad y la calidad de la dieta.
Según Medical News Today, los investigadores sugieren efectos potenciales que van desde una mejor salud inmunológica hasta la reducción del riesgo de obesidad y enfermedades crónicas. “La evidencia epidemiológica sugiere que el consumo regular de alimentos integrales puede estar relacionado con un índice de masa corporal (IMC) más bajo”, de acuerdo con lo afirmado por los investigadores, quienes concluyeron que comer avena ayudaría a reducir el hambre y aumentar la sensación de saciedad.
Aliada de la salud cardiovascular
Un artículo publicado en el American Journal of Lifestyle Medicine en 2008 evaluó una serie de estudios a lo largo de más de una década.
En el análisis los científicos descubrieron que comer alimentos ricos en fuentes de fibra soluble de avena integral (avena, salvado de avena y harina de avena) ayuda a reducir el riesgo de enfermedad coronaria.
“El consumo de avena y productos a base de avena reduce significativamente el colesterol total y las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de baja densidad sin efectos adversos sobre las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de alta densidad o triglicéridos”, precisa el portal Medical News Today, al citar una de las principales conclusiones del análisis.
Consejo de expertos
1. Incluir a un plan de alimentación balanceado alimento ricos en omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada que, de acuerdo con MedlinePlus, se encuentra en varios alimentos, como algunas semillas, aceites vegetales, salmón y nueces.
Para combatir la obesidad y seguido a esto, cualquier enfermedad que afecte el corazón, las instituciones de salud junto a sus profesionales instan a los pacientes a mantener una dieta saludable, rica en frutas y verduras, acompañada de alimentos con grasas insaturadas (saludables) porque son favorables para el cuerpo, ya que los fritos, los productos congelados, azucarados, aumentan afecciones que aquejan el sistema cardiovascular.
2. Limitar el consumo de alimentos ricos en grasa y azúcar, tales como, las bebidas carbonatadas, las papas fritas, las galletas y demás productos, porque inciden en el aumento de colesterol LDL y participan en la formación de la placa que daña las arterias provocando el mal funcionamiento del corazón, porque este taponamiento de grasa no permite que le llegue un buen flujo sanguíneo.
3. Hacer ejercicio es una de las actividades más importantes en la prevención de muchas afecciones, por lo que Tua Saúde, junto a la experta, aconseja que por lo menos se lleve a cabo una actividad física tres veces a la semana, ya sea con ejercicios aeróbicos como correr o montar cicla porque reducen el colesterol malo mejorando la circulación sanguínea.