La inactividad física es un factor de riesgo y de gran preocupación para la enfermedad cardiovascular. Además, sus efectos adversos influyen y potencian a que haya otros factores de riesgo.

Hacer actividad física regular puede ayudarle a controlar su peso y de esta forma a bajar el colesterol LDL. | Foto: Getty Images

Esta es la actividad física apropiada

El portal web de la Fundación Hipercolesterolemia Familiar asegura que para obtener los beneficios de la actividad física no es necesario el participar en una maratón, no obstante, cada persona si puede ajustarla a sus características personales dependiendo de que esta actividad cumpla con los siguientes aspectos:

  • Actividad ligera: mientras se adapta a la actividad física, intente hacer algo ligero, como andar despacio (16 minutos/kilómetro), hacer bricolaje, la limpieza de la casa, el cuidado de los niños o jugar un tenis de mesa.
  • Actividad de intensidad moderada: caminar a 10 minutos/kilómetro, arreglar el jardín, hacer bicicleta, patinar, jugar tenis, golf o bailar.
  • Actividad de alta intensidad: correr a 7 minutos/kilómetro, subir cuesta arriba cargado, jugar al baloncesto, fútbol, natación o escalar una montaña.

Si el profesional de la salud no ve algún inconveniente, trate de seguir una actividad moderada/intensa como mínimo 30 minutos. Un claro ejemplo es caminar a un paso rápido (6 km a la hora) que sea preferiblemente realizado todos los días de la semana.

Se recomienda caminar a un paso rápido (6 km a la hora) que sea preferiblemente realizado todos los días de la semana. | Foto: Getty Images

Mientras que las actividades más intensas incluyen correr, natación, aeróbicos, o jugar al baloncesto, fútbol o tenis.

Por ejemplo, el simple hecho de permanecer de pie durante una hora al día en lugar de sentarse a ver la televisión consume el equivalente a 1-2 kg de grasa por año. Asimismo, es importante no olvidar que la clave del éxito para perder peso es comer menos y hacer más ejercicio.

Las ventajas del ejercicio físico sobre los factores de riesgo cardiovascular

El ejercicio físico ayuda a disminuir el colesterol total y triglicéridos, aumentando la proporción de HDL (colesterol bueno). | Foto: Getty Images
  • Obesidad: el ejercicio produce un mayor gasto de calorías, por lo que a igual consumo calórico con la dieta, su eliminación será mayor. Del mismo modo, el ejercicio aumenta la masa muscular, que es un tejido que consume muchas calorías para funcionar, lo que evita que el exceso calórico se almacene en forma de grasa.
  • Niveles de colesterol: disminuye el colesterol total y triglicéridos, aumentando la proporción de HDL (colesterol bueno). También suele ocurrir que los fármacos que reducen el colesterol actúan con mayor eficacia en las personas que tienen un peso adecuado o un sobrepeso leve.
  • Niveles de glucosa: el ejercicio favorece la entrada de glucosa en las células, por lo que retrasará la aparición en el organismo humano de diabetes tipo 2 (de aparición tardía, después de los cuarenta años, y más frecuente en personas con sobrepeso).
  • Tensión arterial: el ejercicio favorece la dilatación de los vasos periféricos, lo que ayuda a disminuir la tensión arterial.
  • Corazón: por medio del ejercicio físico, empezará a disminuir el pulso, es decir, el número de latidos cardíacos por minuto; en otras palabras, esto significa que el corazón trabajará menos para conseguir el mismo rendimiento, y en consecuencia, este órgano va a durar más tiempo en perfecto estado.
  • Pulmones: aumenta la capacidad pulmonar para el esfuerzo.
  • Articulaciones: aumenta su flexibilidad y favorece la retención de calcio sobre los huesos, evitando enfermedades como la osteoporosis.