El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Además, explicó que el golpe de calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 104 °F (40 °C) o más.
Respecto a los síntomas, señaló que incluyen:
- Alta temperatura corporal. Una temperatura corporal central de 104 F (40 C) o más, obtenida con un termómetro rectal, es el principal signo de insolación.
- Alteración del estado mental o del comportamiento. La confusión, la agitación, la dificultad para hablar, la irritabilidad, el delirio, las convulsiones y el coma pueden ser el resultado de un golpe de calor.
- Alteración en la sudoración. En el golpe de calor provocado por el calor, la piel se sentirá caliente y seca al tacto. Sin embargo, en el golpe de calor provocado por el ejercicio extenuante, la piel puede sentirse seca o ligeramente húmeda.
- Náuseas y vómitos. Se pueden sentir malestar del estómago o ganas vomitar.
- Piel enrojecida. La piel puede enrojecerse a medida que aumenta la temperatura del cuerpo.
- Respiración rápida. La respiración puede volverse rápida y superficial.
Adicional, El Español citó un estudio que fue publicado en la revista Journal of Applied Physiology y que fue sido liderado por Rachel M. Cottle, que señala que “si de repente se nota que el ritmo cardíaco aumenta rápida y progresivamente, entonces eso podría significar que la temperatura corporal comenzará a aumentar”.
Es más, la entidad sin ánimo de lucro explicó que el pulso puede aumentar significativamente debido a que el estrés por calor impone una tremenda carga al corazón para ayudar a enfriar el cuerpo.
Ahora bien, respecto a los factores de riesgo, Mayo Clinic indicó que cualquiera puede sufrir un golpe de calor, pero hay varios factores que aumentan el riesgo, como, por ejemplo:
- Edad. La capacidad para afrontar el calor extremo depende de la fortaleza del sistema nervioso central. En los niños, el sistema nervioso central no está plenamente desarrollado y, en los adultos mayores de 65 años, comienza a deteriorarse.
- Esfuerzo en un clima caluroso. El entrenamiento militar y la práctica de deportes, como jugar al fútbol o correr maratones de larga distancia, en un clima caluroso son algunas de las situaciones en las que se puede sufrir un golpe de calor.
- Ciertos medicamentos. Algunos medicamentos afectan la capacidad del organismo de mantenerse hidratado y responder al calor.
- Algunas enfermedades. Algunas enfermedades crónicas, como las cardíacas o las pulmonares, podrían aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Lo mismo puede decirse de la obesidad, el sedentarismo y los antecedentes de haber padecido un golpe de calor.
Dicho lo anterior, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos dio algunos consejos para reducir el riesgo de tener un golpe de calor.
- Tomar muchos líquidos, como agua y jugos de frutas o verduras.
- Si se vive en una casa o un apartamento sin ventiladores o aire acondicionado, hay que tratar de mantener la casa tan fresca como sea posible.
- Usa vestimenta holgada y liviana. Usar demasiada ropa o ropa que es muy ceñida no permite que el cuerpo se enfríe de forma adecuada.
- Evitar los sitios con mucha gente cuando hace calor afuera
De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien explique el tema mencionado.