A pesar que al entrar en la menopausia, uno de los síntomas que la gran mayoría de las mujeres experimentan son los sofocos, este fenómeno no debe pasar inadvertido.

Los ataques repentinos de calor intenso pueden llegar a ser una advertencia del riesgo de enfermedades tan graves como el alzhéimer.

Una investigación ha logrado encontrar que las mujeres que experimentan sofocos frecuentes durante la hora de dormir, son aquellas que tienen mayores probabilidades de desarrollar alzheimer.

El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pittsburgh y de la Universidad de Illinois, las cuales se encuentran en Estados Unidos, arrojaron también que la frecuencia total de los sofocos podría ser indicadora del riesgo de alzhéimer de una persona.

Según explicaron en la Sociedad Norteamericana de la Menopausia de Filadelfia, tal y como recoge el portal de noticias sobre salud Medical News Today, las mujeres son las que tienen más riesgo que los hombres de desarrollar alzhéimer a lo largo de sus vidas.

Uno de los motivos podría ser la reducción de los niveles de estrógeno que se presentan después de la menopausia.

La aparición de sofocos, sobre todo los que se presentan en el momento de dormir, están asociados también con problemas de memoria y con la aparición de ciertas alteraciones en la estructura, función y conectividad del cerebro.

Además es un signo de la enfermedad de los vasos pequeños en el cerebro, la cual también está relacionada con el riesgo de demencia.

El Alzheimer es un tipo de demencia común. El control médico es prioritario. | Foto: Getty Images

Enfermedad de los vasos pequeños

Para llegar a estos resultados los investigadores reclutaron a 250 mujeres de mediana edad, a las cuales les realizaron un monitoreo constante a la frecuencia de los sofocos empleando sensores portátiles que medían la temperatura externa de la piel.

Luego cruzaron los datos de esta medición con la ocurrencia de otros biomarcadores que sirven como indicadores del riesgo de padecer alzhéimer.

Fue allí donde encontraron una asociación mayor entre la frecuencia de los sofocos y el aumento de las hiperintensidades en la materia blanca, el cual se constituye en un signo claro de enfermedad de los vasos pequeños en el cerebro.

El Alzheimer se presenta con más frecuencia en las mujeres. | Foto: Getty Images

Los investigadores han mencionado que por ahora es importante continuar indagando en la naturaleza de esta asociación, sobre todo en busca en busca de vías que puedan llegar a convertirse en tratamientos potenciales.

Lo que sí insisten es que aquellas mujeres que muestren estas características, son las que deberían ser especialmente consideradas en los esfuerzos preventivos frente a la enfermedad del alzhéimer.

Los sofocos siguen en investigación

Los investigadores han definido el término ‘sofoco’ como un ataque repentino de calor que aparece especialmente en las mujeres después de la menopausia.

En algunos casos suelen presentarse acompañados de una leve sensación de mareo, rubor y un aumento en la sudoración.

Los sofocos se constituyen en un fenómeno objetivo y no una percepción, ya que en realidad sí producen un cambio en la temperatura de la piel.

Y aunque este cambio en la temperatura de la piel es común en las mujeres que están enfrentando la menopausia, también hay reconocer la existencia de otros síntomas como el sudor nocturno, la mala calidad del sueño o ‘la niebla cerebral’.

El portal de noticias 20 Minutos, señala que si tradicionalmente estos síntomas han sido considerados como una gran mera molestia, en tiempos recientes son muchas las investigadores que se han iniciado considerando los posibles biomarcadores que determinan el incremento de riesgo.

Hay que mencionar que algunos estudios han asociado los sofocos con efectos negativos sobre los niveles de lípidos en la sangre, con la resistencia a la insulina y con marcadores de mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

A los sofocos hay que prestarles mucha atención. | Foto: Copyright Dazeley/Getty Images