El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre que es necesaria para formar células sanas en el cuerpo humano. Sin embargo, los altos niveles de colesterol malo (LDL) pueden aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
De acuerdo con expertos de Mayo Clinic, con el colesterol alto, es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos y destacan que, con el tiempo, esos depósitos crecen e impiden que la sangre fluya con mayor dificultad a través de las arterias.
“A veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular”, destaca el portal especializado.
Aunque en algunos casos el colesterol alto puede heredarse, en la gran mayoría de personas su aparición es producto de malos hábitos alimenticios y de un estilo de vida sedentario.
Bajo esta premisa, es necesario implementar acciones que permitan disminuir sus niveles como llevar una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad y, en algunos casos, tomar medicamentos que ayuden a acelerar la reducción de esta sustancia.
Para mejorar los niveles de colesterol en la sangre también existe un alimento que puede regularlos y aportar a otros aspectos de la salud del cuerpo humano, ya que posee gran cantidad de nutrientes que ayudan a que las personas estén más saludables.
El tomate es muy recomendable para cualquier persona de cualquier edad, y encaja muy bien en las dietas para adelgazar, debido a que aporta pocas calorías (unas 22 Kcal/100 g) y la gran cantidad de agua que contiene (94g/100g).
Es un alimento rico en antioxidantes, su característico color rojo, que se debe a su alto contenido de licopeno y vitamina C. “Los antioxidantes son sustancias que pueden proteger las células contra los radicales libres, que pueden desempeñar un papel en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades”, explica la Clínica Mayo.
Las sustancias mencionadas anteriormente, junto con las vitaminas A y E, son muy importantes para el cuerpo ya que protegen a las células del cuerpo del daño causado por los radicales libres.
Según la Clínica Mayo, “la vitamina A (retinol, ácido retinoico) es un nutriente importante para la visión, el crecimiento, la división celular, la reproducción y la inmunidad. También tiene propiedades antioxidantes”. Además, protege al cuerpo de los efectos de los radicales libres, que podrían influir en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades.
Esta vitamina está presente en otras frutas y verduras, además del tomate, se encuentra en la espinaca, los productos lácteos y el hígado. Otras fuentes son los alimentos ricos en betacaroteno, como los vegetales de hoja, las zanahorias y el melón cantalupo.
Por otra parte, es “capaz de mejorar la salud cardíaca sobre todo gracias al efecto del licopeno. Además, debido a sus enzimas y a sus minerales se puede lograr reducir el colesterol LDL, a la vez que se favorece la circulación sanguínea y se impide la aparición de trombos”, afirma la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus.
Por otro lado, la vitamina C o ácido ascórbico, “es un nutriente que el cuerpo necesita para formar vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en los huesos. La vitamina C también es vital para el proceso de curación del cuerpo, comenta la entidad médica.
La vitamina C también protege las células contra los efectos de los radicales libres y ayuda al organismo a absorber y almacenar el hierro. Es importante saber que el cuerpo no produce vitamina C por sí mismo, sino que se obtiene de la dieta.
Este nutriente que se encuentra presente en el tomate también está en las frutas cítricas, las papas, los pimentones, el repollo, las coles, el brócoli y las espinacas.