Los expertos aseguran que para mantenerse saludable se deben tener dos aspectos claves; la actividad física y una dieta balanceada.
Según Joan Sabaté, director del Centro de Nutrición, Estilo de Vida y Prevención de Enfermedades de la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos, las comidas del día deben tener ciertas características específicas para que el organismo los absorba de manera adecuada.
Sabaté asegura que su desayuno ideal consta de un puñado de frutos secos como nueces, almendras y avellanas. Las deposita en una batidora junto a alguna fruta y un poco de yogur para conseguir un abatido rico en antioxidante, proteína vegetal y azúcares compuestas que generan glucosa y energía en el organismo.
A la hora del almuerzo, los científicos creen que el peso del aceite de oliva en la dieta es una de las principales razones por las que las dietas mediterráneas se asocian con vidas largas. Este ingrediente se ha relacionado en varios estudios con una mejor salud cardiaca, menos diabetes de tipo 2, menos inflamación y una menor mortalidad general.
Por lo que Sabaté recomienda verduras sofreídas en este tipo de aceite, en especial el brócoli, gracias a la alta cantidad de vitamina C que ayuda a reforzar el sistema inmunológico.
Ya para cenar, el experto asegura que lo más recomendable es comer ensalada con un poco de proteína animal como pollo y pescado, el cual aporta gran cantidad de Omega-3, compuesto esencial para fortalecer el sistema cardiovascular.
Siendo así, la vitamina B12 es un nutriente esencial que solo se puede obtener de productos animales como la carne, los huevos, los lácteos o el pescado y es una opción ideal para que sea la última comida del día.