A 20 minutos de Ourense se encuentra Ventoselo (San Amaro), una aldea gallega que desde hace nueve años es uno de los puntos de referencia para todos los interesados en el budismo.
Allí se erige desde 2008 uno de los templos budistas más importantes de España y de Europa, y no porque sea el más grande, sino porque este lugar es el único que imparte estudios de filosofía budista de nivel avanzado y que aspira a convertirse en la primera universidad del budismo en occidente.
¿Cómo se sintió al dar el vuelco de funcionaria pública a monja tibetana?
Fue como haber llegado a casa después de un largo viaje. Solo que no es lugar físico, sino mental. Encontrarme con mi maestro, el Lama Gueshe Tenzing Tamding y el Darma de Buda que él transmite con infinita y especial compasión y sabiduría por gran parte del mundo, fue la señal de que había llegado.
¿Como mujer como se siente siendo una monja budista?
Me percibo como un ser humano haciendo su camino. El del budismo, como persona laica, monja o monje, es el camino del propio adiestramiento mental.
Las enseñanzas de Buda en esta Tierra muestran el camino para la eliminación definitiva del sufrimiento para todos los seres conscientes mediante la eliminación de sus causas y estas surgen siempre de la mente, de las emociones aflictivas, mentes negativas, engaño. Ese camino de adiestramiento mental para el logro de la felicidad real, en el caso del budismo tibetano, se realiza con la motivación de alcanzar la Iluminación, el mismo estado de Buda, para beneficiar a los seres sintientes y ayudarles a salir del sufrimiento.
La mente no tiene género, los engaños no tienen género, la Iluminación tampoco.
¿Cómo hacer el ejercicio de mirarnos a nosotros mismos para lograr la armonía?
Es un ejercicio de auto-compasión, entendiendo la compasión tal como la comprendemos en el budismo: una mente que honesta y sinceramente desea desde lo más profundo del corazón y dice “ojalá abandones el sufrimiento, ojalá puedas dejar de crear las causas para sufrir en el futuro”. La experiencia de armonía interna, de felicidad, en el día a día, depende mucho más de nuestra mente que de lo que esté ocurriendo “fuera”.
En la práctica del budismo, ese ejercicio tiene un método muy preciso: el camino gradual practicado y enseñado por Buda, y que es practicado y enseñado por Maestros, Lamas, cualificados/as en esta Tierra.
¿Por qué las personas no logran paz interior?
El mayor obstáculo para el logro de la paz interior son nuestras mentes negativas, emociones aflictivas, disposiciones mentales erróneas que, pretendiendo la felicidad, sin embargo, nos introducen constantemente en estados de sufrimiento, de desarmonía con nosotros y los que nos rodean y nos alejan de la paz interior.
El egoísmo, siempre el yo, yo, yo, mí, mí, mí… yo quiero, yo necesito, a mí me falta, a mí me gusta, yo primero. El enfado, la ira, la hostilidad, el rencor, el miedo, el apego, los celos, la envidia, la ignorancia son algunas emociones aflictivas que bloquean nuestra paz interior. Ese es el verdadero enemigo, y está dentro, no fuera y estamos demasiado familiarizados con ellas.
Mi Maestro, Gueshe Tenzing Tamding dice “todos somos grandes meditadores, pero meditamos en lo negativo”. Meditar es familiarizarse. Debemos cambiar nuestro “objeto de meditación”, familiarizarnos con las mentes válidas, positivas, que son causa de paz interior, de armonía interna, de felicidad para nosotros y para los que nos rodean: compasión, amor, generosidad, servicio, esfuerzo, ética, paciencia, sabiduría.
¿Qué hacer para reconocer nuestros errores, aceptarlos y superarlos?
Aprender a identificar esos estados internos que nos introducen en el sufrimiento. Identificar las diferentes disposiciones mentales que dirigen esos estados. Comprender la diferencia entre las mentes erróneas (en el budismo denominadas como “engaños”) y que siempre serán causa de sufrimiento, y las mentes válidas que siempre son causa de bienestar interno y felicidad, para nosotros y quienes nos rodean. Abandonar esas mentes negativas y desarrollar auténticas mentes positivas.
¿Si alguien desea iniciarse en la meditación, que consejos le puede dar?
Además de la meditación “de calma mental”, está el tipo de meditación que nos ayuda a ir a la raíz de las causas del sufrimiento y que tiene que ver con nuestra propia mente y sus disposiciones erróneas o engaños con los que estamos muy familiarizados. Esta meditación del budismo tibetano mahayana, es la meditación analítica. Con esta aprendemos a desmontar los razonamientos erróneos de esos procesos mentales engañosos que son causa de sufrimiento, y a instalar los razonamientos lógicos correctos que harán fuertes nuestras mentes válidas y positivas.
¿Cómo aportar a un mundo más amoroso?
Intentando estar vigilantes a las necesidades del otro, procurando actuar desde la generosidad, la paciencia y la compasión. La mente de Amor, en budismo, es la que desea profundamente que “el otro” alcance la felicidad real y sus causas.
Ser más “amorosos” en ese sentido puro de la palabra, deseando la felicidad de todos los seres sin distinción e implicándonos en ello a través de nuestros pequeños gestos cotidianos, en nuestro pequeño radio de acción, con nuestros amigos, conocidos, familia, compañeros de trabajo y con los desconocidos, con los que están lejos o cerca, con los animales.
Si todos nos preocupamos por los demás, habrá un montón de gente preocupándose de ti también. Hay que ser valientes y practicar eso, el amor y la compasión, la generosidad y la empatía, el servicio, sin importar lo que venga de vuelta.
¿Qué mensaje le envía a los jóvenes?
El cultivo de un corazón bondadoso y una mente abierta, tolerante, pacífica y pacifista, el respeto por todos los seres sintientes, la compasión y la sabiduría, la solidaridad, son las claves para su propia felicidad.
La elección, el cambio, es individual, pero el resultado afecta mucho más allá de la individualidad. Ellos dirigirán este planeta y pueden empezar a hacerlo ahora mismo, hacer de este un lugar en paz, hermoso en el que vivir en armonía humanos y animales. Compasión y sabiduría, por el beneficio de todos los seres sintientes.
(*) Entrevista suministrada por Exposer.
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