Para muchas personas, tomar una taza de café es un ritual diario esencial. Este delicioso y aromático elixir es ideal para empezar la jornada, acompañar un dulce, proporcionar un empujón de energía a media tarde, o simplemente disfrutar de una buena compañía.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, el café podría estar contribuyendo a que la piel envejezca más rápido. Aquí puede conocer cómo y qué se puede hacer al respecto.
El café es conocido por sus múltiples beneficios para la salud. Estudios han demostrado que puede reducir el riesgo de enfermedades como fallo cardiovascular, Parkinson y Alzheimer. No obstante, el consumo excesivo de esta popular bebida puede tener efectos adversos, especialmente en la piel.
Según varios profesionales de la dermatología, lo que se consume influye significativamente en la salud de la piel. La cafeína, el componente principal del café, es un diurético que puede llevar a la deshidratación al aumentar la frecuencia de la micción. Esta perdida de agua no solo afecta a tu cuerpo en general, sino que también puede deshidratar tu piel, haciéndola lucir opaca y envejecida.
Además, un estudio del Departamento de Medicina de la Universidad de Białystok encontró que la cafeína puede acelerar el envejecimiento de la piel al reducir la síntesis de colágeno. El colágeno es crucial para mantener la firmeza y elasticidad de la piel. Menos colágeno significa más probabilidades de que algunas arrugas se desarrollen y se acentúen.
Si prefiere un café con azúcar, leche o disfruta de bebidas más elaboradas como un caramel macchiato, también podría estar contribuyendo al envejecimiento de su piel. El exceso de azúcar puede combinarse con proteínas en el cuerpo, formando productos finales de glicación avanzada (AGEs), que dañan aún más el colágeno de la piel.
¿Cuánto café es demasiado?
Para evitar estos efectos negativos en la piel, es importante moderar el consumo de café. Los expertos de Mayo Clinic recomiendan que un adulto sano no consuma más de 400 miligramos (mg) de cafeína al día, lo cual equivale a aproximadamente cuatro tazas de café.
- Moderar el consumo: Limitar la cantidad de café que bebe diariamente a no más de cuatro tazas.
- Hidratarse: Asegúrese de beber suficiente agua para contrarrestar el efecto diurético del café.
- Elija ingredientes saludables: Optar por café negro o utilizar edulcorantes naturales y leche baja en grasa para minimizar el impacto del azúcar.