Muchos son los beneficios que aportan las plantas, pero son pocos los que en realidad conocen para que realmente sirven muchas de ellas.
Las abuelas las utilizaban para combatir alguna patología y desde ese momento la planta se catalogaba como el remedio natural para dicho mal.
Los estudios de hoy en día han permitido determinar que en realidad las plantas tienen cientos de beneficios. Un claro ejemplo de ello es el tomillo, el cual normalmente ha sido utilizado para tratar diversas enfermedades respiratorias.
Esta hierba aromática se ha empleado para sazonar carnes y estofados, o para realizar infusiones.
Por ejemplo puede ayudar aliviar la bronquitis, la tos, y la congestión, al lograr desinflamar las vías respiratorias.
A esto se suma el que por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas, puede combatir hongos y bacterias. Cabe mencionar que sus aceites esenciales han demostrado ser efectivos en el combate de diversas bacterias y hongos.
Ahora bien, una publicación de El Cronista menciona que el tomillo es una rica fuente de vitaminas C y A, lo que lleva a mejorar el sistema inmune, y a combatir algunas infecciones y enfermedades.
Contra el acné y los gases
A esto se suma que además es ideal para reducir gases, hinchazón y mejorar la digestión. La clave está en su efecto carminativo, que favorece la expulsión de gases que pueden encontrarse en el estómago e intestinos.
Cabe señalar que las investigaciones han abordado el consumo de tomillo para prevenir algunos tipos de cáncer y aunque no han arrojado resultados determinantes, sí se ha podido establecer que tienen efectos protectores contra algunas variedades de dicha enfermedad, debido a su contenido de terpenos y flavonoides.