El pasado 17 de agosto en Colombia se registró un fuerte temblor de 6.1 de magnitud, el cual se sintió en diferentes departamentos del país, como en Meta, Cundinamarca, Valle, Santander, Quindío, Cauca y Boyacá. Además, este presentó varias réplicas, la principal de 5.6, la cual se dio unos minutos después.
Este hecho ha aumentado las alarmas de las personas debido al susto que puede generar este fenómeno natural.
Sin embargo, uno de los efectos más comunes que dejan estos temblores son efectos posteriores que se dan por el susto del momento. Entre estos está la sensación de mareo.
Los expertos en salud han señalado que está comprobado que los movimientos de tierra pueden generar una sensación de mareo, ya que se puede afectar el equilibrio interno.
“El sentido del equilibrio y la percepción del movimiento están controlados en gran medida por el sistema vestibular, una estructura en el oído interno que regula la orientación espacial y la coordinación de los movimientos. Cuando ocurre un temblor o un terremoto, la Tierra experimenta movimientos bruscos y vibraciones que pueden transmitirse a través de la estructura ósea y los fluidos en el oído interno”, explicaron desde la revista de divulgación científica de la Universidad de San Luis Potosí en México.
Cabe señalar que esta situación puede provocar una estimulación anormal del sistema vestibular, lo que lleva a una sensación de desequilibrio y mareo.
Además de los efectos físicos en el sistema vestibular, los temblores y terremotos también pueden desencadenar respuestas emocionales y psicológicas en las personas. La sorpresa, el miedo y la ansiedad que acompañan a un temblor pueden aumentar la liberación de hormonas como la adrenalina, que a su vez afecta la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Estos cambios fisiológicos pueden contribuir a la sensación de mareo y desequilibrio.
Los temblores generan ondas sísmicas que se propagan a través de la Tierra en diferentes direcciones. Estas ondas pueden generar movimientos oscilatorios en edificios y estructuras cercanas.
Cuando las personas se encuentran dentro de edificios durante un temblor, pueden sentir estas oscilaciones de manera más pronunciada, lo que puede causar una sensación de inestabilidad similar a la que se experimenta en un barco durante el oleaje. Este efecto de movimiento rítmico puede llevar a la sensación de mareo.
El cerebro está constantemente recopilando información sensorial para crear una imagen coherente de nuestro entorno. “Cuando ocurre un temblor, el cerebro recibe señales contradictorias de diferentes sistemas sensoriales, como el sistema visual y el sistema vestibular. Esta discrepancia puede confundir al cerebro y generar la sensación de mareo mientras intenta reconciliar las señales contradictorias”, agrega el estudio.
Si bien la sensación de mareo después de un temblor es una reacción natural a los cambios en el entorno, es importante recordar que cada persona puede experimentar estos efectos de manera diferente.
¿Qué hacer en un temblor?
Durante un temblor, es importante buscar refugio en las zonas más seguras para protegerse de posibles peligros.
Entre las principales recomendaciones es buscar un refugio bajo una estructura resistente, como una mesa sólida, un escritorio o una puerta reforzada. Por otro lado, es importante evitar estar cerca de ventanas o cualquier objeto que pueda caer, como estantes, lámparas o muebles altos.
Otra de las recomendaciones es que, en caso de estar dentro de un edificio, se recomienda salir de ellos y buscar áreas exteriores seguras. Sin embargo, en caso de estar al aire libre, es importante alejarse de edificios, postes eléctricos y árboles altos.
Es importante mencionar que las autoridades recomiendan estar en las zonas seguras, debido a que se pueden registrar réplicas minutos después del primer sismo que se registre.