La vitamina C, que se encuentra presente en la mayoría de frutas y verduras, funciona como un poderoso antioxidante que ayuda a reducir el impacto de los radicales libres y el envejecimiento prematuro en las células. Además, puede ayudar a evitar la aparición de las líneas de expresión, manchas en la piel y a suavizar las arrugas naturales por el envejecimiento.
Una de las funciones principales de esta vitamina es formar una proteína importante llamada colágeno, utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos. También cumple el papel de sanar heridas y formar tejido cicatricial, reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes y ayudar a la absorción del hierro.
Ya sea en forma de cápsula o a través del consumo de alimentos ricos en vitaminas C, este nutriente aporta una gran cantidad de beneficios para la piel, como antienvejecimiento y luminosidad.
Hay que destacar que lavitamina C, como antioxidante, bloquea parte del daño causado por los radicales libres, los cuales se producen cuando el cuerpo descompone el alimento de cuando se está expuesto al humo del tabaco o a la radiación.
La acumulación de radicales libres con el tiempo es ampliamente responsable del proceso de envejecimiento y pueden jugar un papel en el cáncer, la enfermedad del corazón y los trastornos como la artritis.
Por otro lado, esta vitamina ayuda al cuerpo a absorber el hierro, contribuyendo a evitar la anemia y la sensación de fatiga causada por los niveles bajos de hierro, estimula la síntesis de carnitina, un aminoácido que transporta los ácidos grasos al interior de las células para transformarlos en energía. Este proceso causa una pérdida de grasa corporal, reduce la fatiga muscular y acelera la recuperación tras el ejercicio físico.
Por si fuera poco, facilita el funcionamiento del cerebro promoviendo la síntesis de algunos neurotransmisores, las sustancias que permiten la comunicación entre las neuronas. También fomenta el crecimiento de las células nerviosas y tiene efectos positivos sobre el aprendizaje y la memoria.
El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria.
Se aconseja que las mujeres deben ingerir cada día unos 75 mg y los hombres 90 mg. Los alimentos con vitamina C que puede incluir en su dieta son: cítricos, kiwi, guayaba, mango, papaya, fresas, moras, sandía y arándanos. Entre las verduras con mayor contenido en vitamina C se encuentran los pimientos rojos y verdes, brócoli, col de Bruselas, espinacas y tomates.
Si se toman en dosis adecuadas, los suplementos de vitamina C generalmente se consideran seguros. Tomar demasiada vitamina C puede causar efectos secundarios, entre ellos:
- Náuseas, vómitos y diarrea
- Acidez estomacal
- Hinchazón o cólicos estomacales
- Fatiga y somnolencia, o a veces insomnio
- Dolor de cabeza
- Enrojecimiento de la piel
En algunas personas, los suplementos de vitamina C pueden causar cálculos renales, en especial si se toman en altas dosis. El uso prolongado de suplementos de vitamina C por vía oral, superiores a 2000 miligramos por día, aumenta el riesgo de efectos secundarios significativos.
Quienes ingieren escasa o ninguna cantidad de vitamina C (menos de 10 mg por día) durante varias semanas pueden sentir cansancio, inflamación de las encías, pequeñas manchas en la piel de color rojo o violeta, dolor en las articulaciones y mala cicatrización de las heridas.
Según The National Institutes of Health, no se sabe con certeza si el consumo elevado de vitamina C es beneficioso para el tratamiento del cáncer. Los efectos parecen depender de la forma en que esta se administra al paciente. Las dosis orales de vitamina C no pueden elevar los niveles de vitamina C en la sangre casi a los niveles de las dosis administradas mediante inyecciones intravenosas. Algunos estudios en animales y tubos de ensayo indican que los niveles muy elevados de vitamina C en la sangre podrían reducir los tumores. Sin embargo, se requieren estudios adicionales para determinar si altas dosis de vitamina C por vía intravenosa contribuyen al tratamiento del cáncer.