La alimentación es la forma básica de contar con una buena salud física. A pesar de los constantes avances de la ciencia y la tecnología, los cuales permiten que la industrie farmacéutica progrese a pasos agigantados, los profesionales intentan cada vez más volcar la mirada de sus pacientes hacia lo natural.
Y es que lo que se come es la principal fuente de vitaminas, nutrientes esenciales o minerales. Estos últimos son sustancias indispensables para la formación de huesos y células sanguíneas, además de ser de gran relevancia en el desarrollo del sistema nervioso, la producción de hormonas y la actividad de los órganos.
En ese sentido, uno de los más importantes es el hierro. Este es considerado como determinante porque es necesario para que se produzca la hemoglobina y parte significativa de la composición sanguínea. No en tanto, debido a que el cuerpo no lo produce de manera natural, debe ingerirse en los alimentos que se consumen.
Por este motivo la Organización Mundial de la Salud se ha referido en repetidas ocasiones al panorama actual en materia de alimentación.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, indica la entidad.
Ya hablando específicamente sobre el hierro, la OMS agrega que “es un elemento esencial con funciones importantes, como el transporte de oxígeno, la síntesis del ADN y el metabolismo muscular. La carencia del mismo es la principal causa de la anemia, la deficiencia nutricional más prevalente en todo el mundo: afecta al 33% de las mujeres no embarazadas, al 40% de las embarazadas y al 42% de los niños”.
Unas de las grandes fuentes de hierro son las legumbres, específicamente las lentejas. No en tanto, hay un alimento todavía más rico en este nutriente. Se trata de la sangre de cerdo, la cual no tiene un gran consumo en Colombia si se lee rápidamente, pero posee ocho veces más del elemento en cuestión que los granos mencionados.
No obstante, hay recetas o preparaciones bastante conocidas en el país que la incluyen, como es el caso de la morcilla o rellena. Este alimento es además bastante rico en proteínas y es fuente de vitaminas A y B3.
Las cinco frutas que tiene que consumir a diario para que el cuerpo absorba mejor el hierro
La anemia es uno de los problemas “grave” de salud pública, así lo explica la OMS (Organización Mundial de la Salud). Además de esto, ellos mismos explican que se define como un trastorno en el que el número de eritrocitos (y, por consiguiente, la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre) es insuficiente para satisfacer las necesidades del organismo. Es por eso que las necesidades fisiológicas específicas varían en función de la edad, el sexo, la altitud sobre el nivel del mar a la que vive una persona, el tabaquismo y las diferentes etapas del embarazo.
No obstante, a nivel nutricional, hay muchas maneras en las que se pueden tomar medidas para abordar la anemia aportando alimentos ricos en hierro, así como alimentos ricos en ácido fólico (vitamina B9) y en vitaminas B12 y B6. Esto se hace con la intención de que el hierro sea absorbido por el organismo y por eso es necesario incluir en la dieta una serie de alimentos que resultan ser importantes para el cuidado de la misma.
El limón, la naranja, las fresas, el kiwi, el brócoli o el pimiento son importantes a la hora de combinar en la misma comida. Todos son ricos en hierro ‘no hemo’ con estimulantes de su absorción. Por ejemplo, tomar legumbres con un kiwi o una naranja de postre sería de mucha gran ayuda en este proceso. No obstante, hay que tener en cuenta que la ingesta excesiva de vitamina C puede provocar un déficit de ácido fólico y es una de las situaciones que también se debe evitar.