La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Esta se produce por un problema en la secreción o acción de la insulina, la hormona encargada de regular los niveles de glucosa en sangre.

Por eso, la alimentación en las personas diabéticas es uno de los pilares principales para su tratamiento, pues es esencial para controlar los niveles de azúcar en sangre y prevenir complicaciones. En la dieta de pacientes diabéticos, los especialistas recomiendan controlar las cantidades y seleccionar con cuidado el tipo de alimentos.

El plan de alimentación para estos casos se construye con base en la edad, el género, el estado de salud, el nivel de actividad física, el estado nutricional y los hidratos de carbono, que cumplen un rol fundamental en el control de la glucosa en sangre.

Por su efecto negativo en la salud, los diabéticos no deben ingerir azúcar en exceso. Incluso, con frecuencia algunas personas creen que deben evitar el consumo de frutas, por su contenido de fructosa. Sin embargo, las frutas son alimentos con grandes cantidades de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, nutrientes importantes para cualquier dieta.

La diabetes puede ocasionar otro tipo de enfermedades. | Foto: Copyright by Tom Werner

Para seleccionar las frutas adecuadas, lo recomendable es tener en cuenta el índice glucémico, una medida que tienen los alimentos ricos en hidratos de carbono y que indica a qué velocidad la glucosa de los alimentos pasa a nuestra sangre después de ser digeridos.

Los alimentos que tienen un índice glucémico bajo son los que tardan más tiempo en llegar al torrente sanguíneo y por lo tanto no aumentan el nivel de glucosa en sangre de forma rápida. Por el contrario, aquellos carbohidratos con índice glucémico alto generan el llamado pico de glucemia, es decir que aumentan rápidamente la glucosa en sangre.

Las vitaminas son clave en la alimentación para controlar los niveles de azúcar en la sangre. | Foto: Getty Images

En ese sentido, existen frutas que pueden ser incluidas en las dietas de los pacientes diabéticos y pueden consumirse a diario. Al contrario, hay otras con las que es necesario tener más precaución. Lo ideal, según los especialistas, es optar por frutas con un índice glucémico bajo (menos de 50).

Entre estas frutas están la cereza (índice glucémico de 22), la ciruela (ig 24), el pomelo (ig 30), la naranja y la granada (ig 35), el melocotón y la pera (ig 40), y la manzana y el kiwi (ig 35 y 50). En cualquier caso, la cantidad de fruta que se consume depende de la dieta establecida. No obstante, de manera general, se estima que un paciente con esta enfermedad puede consumir hasta tres porciones al día, esto es equivalente a una unidad de manzana, melocotón o pera, o una taza de arándanos, moras, fresas o cerezas.

La planificación de la dieta en los pacientes con diabetes se hace con base en una cuantificación de los diferentes nutrientes en cada comida. Uno de los métodos que se usa en estos casos es el del plato, que sirve para controlar el tamaño de las porciones sin contar calorías.

En este caso, el plato se divide en dos mitades iguales donde una de las partes es ocupada con verduras o vegetales sin almidón y la otra se divide a su vez en dos, donde uno de los cuartos será de alimentos proteicos (carnes, huevos, pescados) y el otro de carbohidratos (patata, arroz, pasta o pan).

Tener un estilo de vida saludable es clave para que la diabetes no acarree otros problemas de salud. | Foto: Getty Images

El otro método es el recuento de carbohidratos. Para este, es necesario conocer la la proporción de carbohidratos que está presente en cada alimento, pues este dato será clave para controlar de forma eficiente la glucemia. Independientemente del método que se utilice, es clave que sea un médico especialista el que asesore al paciente en todas sus comidas.