El café es una de las bebidas más comunes en todo el mundo. De acuerdo con Statista, entre el 2021 y el 2022 se consumieron a nivel mundial aproximadamente 170,5 millones de sacos de 60 kilogramos de café, significando un incremento de casi 5,5 millones con respecto a la temporada anterior (2020/2021).
Las finalidades de su consumo son variadas. Algunos aseguran que lo toman por costumbre local, otros por su sabor, un grupo lo hace para mantenerse activo en momentos de poca energía y existen personas que aseguran hacerlo por los beneficios que este trae para el cerebro y la memoria, como lo han manifestado diversos estudios.
Uno de ellos fue el completado 2017 por un grupo de investigadores dirigidos por Boukje van Gelder y publicado en la National Library of Medicine, en el cual se buscaba determinar si el café realmente protegía a las personas que lo consumían del deterioro cognitivo.
En la muestra se tuvieron en cuenta cientos de hombres mayores que consumieron esta bebida durante un periodo de 10 años. Los resultados indicaron que quienes tomaban tres tazas de café al día, ni más ni menos, conseguían un menor deterioro cognitivo comparado con aquellos que no lo hacían.
Otro estudio, esta vez publicado en el Journal of Alzheimer Disease, reveló que esta bebida también puede generar efectos retardantes en personas proclives a padecer de alzheimer. El trabajo fue desarrollado en universidades de Florida y también reflejo que podría evitarse, o por lo menos retardarse, la aparición de la demencia en personas mayores de 65 años que consumen dos tazas diarias de café.
Por último, indagaciones realizadas por investigadores de la Universidad Johns Hopkins indicaron que tomar café con moderación puede mejorar el rendimiento de la memoria, en especial cuando se ingiere justo después de realizar tareas específicas.
En definitiva, especialistas de la salud y la ciencia han encontrado que esta bebida, consumida por millones de personas, otorga diferentes beneficios para el organismo, especialmente para el cerebro, si se ingiere de una manera adecuada.
El primero de ellos está en que ayuda a prevenir daños de los tejidos del cerebro, esto por los radicales libres a los que el cuerpo se expone todos los días, lo cual ocurre gracias a los micronutrientes de la bebida. En segundo lugar, los granos de café activan los antioxidantes que protegen los vasos sanguíneos del cerebro, esto por la trigonelina que contienen.
Por último, afirma Naidoo que la cafeína aumenta la serotonina y la acetilcolina, lo que estimula al cerebro y estabiliza la barrera hematoencefálica (que impide la entrada de bacterias).
Aun así, la doctora recalcó que es importante tener precauciones con el consumo de café, esencialmente en la manera en cómo se hace. Por un lado, manifestó que no hay que excederse en la cantidad, un par de tazas (máximo tres) pueden ser más que suficientes al día.
Lo otro es el momento, ya que si se toma en las noches puede afectar los patrones de sueño, por lo que es mejor consumirla en las mañanas o tardes.
Concluyó diciendo que quien tome café de manera regular debe conocer su propio cuerpo, ya que no todas las personas reaccionan de la misma manera ante la cafeína, por lo que si la persona no se siente bien al momento de tomarla, es probable que esta no sea beneficiosa para su cuerpo.
Algo por esa misma línea reveló un estudio publicado en la revista británica de psicología Journal of Applied Social Psychology, en el cual se intentó ver la reacción de la bebida en las personas, cuando estas manifestaban situaciones de estrés.
Si bien el trabajo dio cuenta de que la bebida resultaba adecuada para las mujeres en dichas situaciones, cuando esta era consumida de forma moderada (no más de dos tazas al día), no se obtuvo el mismo resultado en los hombres, esto debido a que en ellos aumentó la sensación de nerviosismo, e incluso su agresividad, mientras que en ellas elevaba los niveles de dopamina, lo que las hizo ser más centradas y efectivas en el trabajo.