Es bien sabido por la literatura científica que la vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los minerales indispensables para mantener los huesos fuertes. Esto significa que la deficiencia extrema de esta vitamina puede desencadenar enfermedades como raquitismo y osteoporosis por lo que resulta indispensable consumirla a diario en alimentos como el pescado, el huevo y el queso.
Sin embargo, la literatura científica también indica, que si bien este tipo de casos son menos frecuentes, deficiencias menos severas pueden hacer que las personas sean más susceptibles a infecciones del tracto respiratoria y digestivo, puesto como bien los señala Henry Oliveros, director de la Maestría en Epidemiología, “la vitamina D participa en una gran de cantidad de procesos metabólicos e inmunológicos”.
Pero no siempre los alimentos que contienen vitamina D, están al alcance de la mano y el mecanismo de síntesis, como la exposición de la piel a los rayos solares, es cada vez menor debido a los cambios de hábitos.
En este contexto, un grupo de investigadores de la Maestría en Epidemiología, la Facultad de Medicina, la Clínica Universidad de La Sabana y la Universidad de Míchigan (Estados Unidos), encontraron que añadir vitamina D en la leche, puede resolver esta situación.
Para llegar a esta conclusión, realizaron un ensayo clínico en el cual participaron niños en edad escolar de Bogotá.
Tras determinar que la leche es uno de los alimentos más consumidos por los menores, que en promedio se toman uno o dos vasos de leche, los investigadores hicieron una toma de sangre para poder definir si tenían alguna deficiencia.
Para sorpresa de los científicos, el 40% de los niños tenía deficiencia de vitamina D. “A pesar de vivir en el Trópico, con una exposición de luz importante, nuestros hábitos han cambiado. Los niños permanecen la mayoría del tiempo dentro de casa, no hay una exposición al sol y cuando la hay, las horas se reducen. Además, también se presenta otro factor presente: el déficit de ingesta de ciertos alimentos que tienen vitamina D como los crustáceos, los mariscos y el pescado, pues en el interior consumimos menos”, explica Oliveros.
Partiendo del contexto, en un periodo de 16 semanas, algunos participantes recibieron leche suplementada y otros leche no suplementada. Al finalizar, se tomaron nuevamente muestras de sangre a los participantes. Los resultados mostraron que quienes recibieron la leche con vitamina D habían corregido la deficiencia frente a aquellos no la habían consumido. Así, se demostró que la suplementación podría ser una medida efectiva para prevenir la deficiencia de esta vitamina en este sector de la población.
En ese sentido, para los expertos, lo anterior permite dilucidar soluciones que son tangibles y que podrían contribuir a la prevención de enfermedades y a la reducción de gastos en el sistema de salud. Para lograrlo, explican, lo que queda es lograr llevar estos resultados a los tomadores de decisiones, pues en caso de que la leche fuera suplementada, se lograría enfrentar el problema de las deficiencias de micronutrientes y cuidar más la salud de los niños.
Efectos en el organismo al consumir leche todos los días
Por su alto contenido de calcio, que es un nutriente esencial para una dieta balanceada, los expertos recomiendan el consumo de la leche, ya que neutraliza la acidez estomacal, previene la osteoporosis o debilidad en los huesos y reduce la concentración de ácido úrico.
Cabe señalar que la leche aporta nutrientes como proteínas, calcio, vitaminas A, B1, B2,12 y D, además de minerales.
Sin embargo, es importante señalar que hay productos lácteos que dependen de los requerimientos de calcio, por lo que las porciones varían según las edades.
Hay que tener en cuenta que contiene un aporte bajo en caloría y promueve el crecimiento de la flora bacteriana intestinal, además de gérmenes patógenos.
“La leche proporciona nutrientes esenciales y es una fuente importante de energía alimentaria, proteínas de alta calidad y grasas”, señalaron expertos desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Son diferentes opciones de leche que están disponibles para el consumo de la población, entre ellas está la semidescremada, la cual es baja en grasa; la descremada, que no tiene grasa; la deslactosada, que no cuenta con lactosa, y la entera. Estas son elaboradas de acuerdo a las necesidades que tiene cada persona.
Los expertos indican que otros de los beneficios que deja el consumo de la leche es para las mujeres que están en etapa de gestación y o de lactancia, ya que proporciona provecho para las etapas de desarrollo de los menores.
El consumo de este alimento ayuda al desarrollo físico y mental por su aporte de hierro y calcio al organismo.