La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. La regulación de los niveles de azúcar en sangre es esencial para mantener la salud en personas con diabetes.

Algunos estudios sugieren que las hojas de guanábana pueden ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre. Se cree que los compuestos presentes, tanto como los fitoquímicos, como los taninos, flavonoides y triterpenoides en las hojas de guanábana, pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, en personas con diabetes y prediabetes.

Para evitar esta enfermedad es fundamental que las personas deben tener algunos cuidados específicos, entre ellos mantener un peso ideal, según el portal de noticias que giran en torno a la medicina, explica que cuando las personas mantienen una dieta saludable y cuidan su peso ideal, la probabilidad de que sufran de diabetes disminuye en un 60%. La Asociación Americana de la Diabetes sugiere que las personas con prediabetes apunten a perder entre el 7 % y el 10 % de su peso. Cuanto más peso se pierda, mayores serán los beneficios.

Mantener una vida activa físicamente suele ayudar a evitar una serie de enfermedades. | Foto: Getty Images

Además, y como es costumbre, otro consejo proporcionado por el portal de salud es mantener una vida activa, el realizar ejercicio no solo ayuda en la pérdida de peso, sino que también reduce los niveles de glucosa en sangre y aumenta la sensibilidad a la insulina. Por lo general, los expertos recomiendan realizar por lo menos 150 minutos de ejercicios al día.

La fibra es otro aliado para una buena salud, por eso es recomendable que las personas puedan comer vegetales, legumbres, cereales, entre otras fuentes de este componente saludable para la salud. Este, además de retrasar la absorción de los azúcares, ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en la sangre y ayuda a mantener saludables otras áreas de la salud como el colesterol y la salud cardiovascular.

Consumir grasas saludables es otro consejo, no todas las grasas son iguales. Por eso se recomienda optar por consumir grasas insaturadas, como las que se encuentran en el aceite de oliva, frutos secos y pescados grasos, aguacate, además a esta lista de dieta se le debe sumar las grasas saturadas, presentes en lácteos y carnes grasas, para mantener un corazón saludable.

Las vitaminas son clave en la alimentación para controlar los niveles de azúcar en la sangre. | Foto: Getty Images

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa el azúcar en la sangre. Hay varios tipos de diabetes, pero los dos más comunes son la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2.

La diabetes tipo 1 generalmente se desarrolla en la infancia o adolescencia y ocurre cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca y destruye las células productoras de insulina en el páncreas. La insulina es una hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyectarse insulina de forma regular para controlar sus niveles de azúcar en la sangre.

La diabetes tipo 2 es más común y generalmente se desarrolla en la edad adulta, aunque también puede afectar a niños y adolescentes. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera eficiente. Esto puede deberse a factores genéticos, estilo de vida poco saludable, obesidad y otros factores. El tratamiento para la diabetes tipo 2 puede incluir cambios en la dieta, ejercicio regular, medicamentos orales y, en algunos casos, insulina.

Female Doctor Helping Patient at Home With Diabetes | Foto: Getty Images

Los síntomas comunes de la diabetes incluyen aumento de la sed, micción frecuente, fatiga, pérdida de peso inexplicada, visión borrosa y cicatrización lenta de heridas. Sin embargo, algunas personas pueden no presentar síntomas o tener síntomas leves.

El manejo de la diabetes implica mantener niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango saludable. Esto implica seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, monitorear los niveles de glucosa en la sangre, tomar medicamentos según lo recetado por un médico y, en el caso de la diabetes tipo 1, administrar insulina.