Así lo han determinado varios estudios, entre ellos una investigación del Instituto de Investigación de Medicina Preventiva.
En la revista Alzheimer’s Research and Therapy se muestra una investigación que indica que un 71 % de pacientes que comían de forma saludable, realizaban ejercicio con regularidad y manejaban el estrés, tenían síntomas de demencia que se mantenían estables o mejoraban sin utilizar fármacos.
En cambio un 68 % de los pacientes que no tenían estos cambios en el estilo de vida, empeoraron sus síntomas.
El Dr. Dean Ornish, fundador y presidente del Instituto de Investigación en Medicina Preventiva, señala que estos hallazgos podrían ayudar a muchas personas con nuevas esperanzas de vida.
Quienes cambiaron su estilo de vida participaron en un programa donde les cambiaron la dieta que estaba basada en plantas sin procesar, que era baja en grasas dañinas, carbohidratos refinados, alcohol y edulcorantes. Además realizaron ejercicio aeróbico moderado y manejaron el estrés, realizando meditación y estiramientos.
Luego de 20 semanas los resultados mostraron diferencias en la función cerebral y en los biomarcadores sanguíneos para el Alzheimer, como la proteína amiloide.
Los niveles de amiloide, que es el que tiende a formar placas en el cerebro de los pacientes con Alzheimer, mejoraron en el grupo de estilo de vida, pero empeoraron en el grupo de control, según lo detalla una publicación de Infobae.
El microbioma intestinal también mostró una reducción en los organismos que aumentan el riesgo de Alzheimer, y un aumento en los que parecen proteger contra el Alzheimer.