Las uñas son una parte importante de nuestras manos y pies, y su apariencia saludable puede ser un indicador de nuestro bienestar general. Sin embargo, en ocasiones, pueden aparecer en ellas problemas como los hongos, una condición conocida como onicomicosis.
Estos hongos pueden afectar tanto las uñas de las manos como las de los pies y, si no se tratan adecuadamente, pueden tener consecuencias no solo estéticas, sino también para la salud.
Los hongos en las uñas son una infección fúngica causada principalmente por organismos del grupo de los dermatofitos. Estos hongos se alimentan de queratina, la proteína que forma las uñas, lo que conduce a su deterioro y altera su apariencia y textura. Además de los dermatofitos, otros hongos como las levaduras y los mohos también pueden causar infecciones en estas zonas del cuerpo.
Una de las principales causas para la aparición de hongos en las uñas es la exposición a ambientes cálidos y húmedos, como los vestuarios, las duchas públicas, las piscinas y los gimnasios. Estos lugares proporcionan un entorno propicio para el crecimiento y desarrollo de estos seres vivos. Además, el uso de zapatos cerrados y ajustados durante largos períodos de tiempo puede crear un ambiente oscuro y húmedo en los pies, lo que favorece su proliferación.
Otras situaciones preexistentes como las lesiones en las uñas, la diabetes o un sistema inmunológico débil también pueden favorecer la aparición de la onicomicosis.
Aunque lo más recomendable es consultar a un experto antes de iniciar cualquier tratamiento para tratar este tipo de infecciones, existen algunos remedios caseros que además de efectivos son económicos como solución a esta afección. Uno de los más populares es el aloe vera.
Esta es una planta suculenta que se ha utilizado durante siglos en diversas culturas por sus propiedades medicinales. Se cree que el gel de aloe vera tiene propiedades antifúngicas y puede ser beneficioso en el tratamiento de estas infecciones en las uñas.
El gel de aloe vera contiene compuestos activos como polisacáridos, antraquinonas, fitoesteroles y enzimas que tienen una acción efectiva contra hongos y microbios.
Una de las formas más recomendables de uso de esta planta es aplicar directamente su gel sobre las uñas afectadas dos veces al día, preferiblemente después de limpiar y secar bien esta zona. Si no se observa mejoría después de algunas semanas o la infección empeora, es importante buscar atención médica para obtener un manejo adecuado.
Señales de la onicomicosis
Reconocer las señales de la presencia de hongos en las uñas es crucial para un diagnóstico temprano y un tratamiento efectivo. Algunos síntomas que hablan de la aparición de esta situación pueden ser:
- Cambios en el color de las uñas: las uñas afectadas pueden volverse amarillas, marrones o blancas opacas. En algunos casos, también pueden presentar manchas oscuras o decoloración en el lecho ungueal.
- Engrosamiento de las uñas: otra señal característica de la onicomicosis es el engrosamiento de las uñas. Las uñas afectadas tienden a volverse más gruesas y pueden parecer desiguales en comparación con las uñas sanas. Este engrosamiento puede dificultar su corte y cuidado adecuado.
- Fragilidad y desmoronamiento: las uñas pueden desmoronarse fácilmente o desprenderse de la cama ungueal. Esto puede causar dolor y malestar al realizar actividades diarias como caminar o usar las manos.
- Cambios en la textura: aparte del engrosamiento, las uñas afectadas por hongos pueden experimentar volverse ásperas, desiguales o tener un aspecto desgastado. En algunos casos, se pueden formar hendiduras o surcos en su superficie.
- Separación de la uña de la cama ungueal: a medida que la onicomicosis avanza, las uñas afectadas pueden separarse gradualmente de la cama ungueal. Esto se conoce como onicólisis y puede dar lugar a la acumulación de escombros debajo de la uña. Esta separación crea un espacio propicio para el crecimiento y la proliferación de los hongos e incluso otras bacterias.