La historia de Javier Acosta, un joven hincha del club Millonarios, ha causado conmoción en Colombia. Este viernes 30 de agosto de 2024, Acosta tomará la difícil decisión de someterse a la eutanasia, tras padecer una serie de complicaciones de salud derivadas de una bacteria que adquirió en una piscina. Lo que comenzó como una infección, resultó en osteomielitis, y posteriormente se le diagnosticó cáncer en la sangre. Su situación recuerda la importancia de los cuidados al usar piscinas y la necesidad de ser conscientes de los riesgos que estos espacios recreativos pueden implicar.
Bacterias y virus: Los peligros ocultos en el agua
El caso de Javier Acosta pone de manifiesto los peligros que se esconden en el agua de piscinas mal mantenidas. Según el portal TevaFarmacia, las infecciones en estos espacios se propagan rápidamente, ya que las bacterias pueden sobrevivir y multiplicarse en el agua si no se realiza un tratamiento químico adecuado. Microbios como el Cryptosporidium, que pueden ser resistentes al cloro, pueden causar graves enfermedades, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados.
- Las infecciones más comunes incluyen otitis externa, foliculitis y tinea pedis (pie de atleta). Además, enfermedades como la gastroenteritis, causada por bacterias como Escherichia coli y Salmonella, pueden transmitirse fácilmente al ingerir agua contaminada. Los síntomas incluyen diarrea, vómitos y dolor abdominal, y pueden llevar a complicaciones graves si no se tratan a tiempo.
Diferencia entre infección y enfermedad
De acuerdo con el portal Mayo Clinic, la infección es el primer paso en el proceso que puede llevar a una enfermedad. Esta ocurre cuando los microbios, como bacterias o virus, ingresan al cuerpo y comienzan a multiplicarse. La enfermedad se manifiesta cuando esa infección empieza a dañar las células y a afectar el funcionamiento del organismo.
Grupos vulnerables: ¿Quiénes están en mayor riesgo?
- Aunque cualquier persona puede contraer infecciones en una piscina, existen grupos que deben tener especial cuidado. Según TevaFarmacia, niños, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como aquellos que padecen cáncer o VIH, están en mayor riesgo de contraer enfermedades graves. Estas personas deberían consultar a un profesional de la salud antes de nadar en piscinas públicas.
En particular, las infecciones causadas por parásitos, como la giardiasis y la cryptosporidiosis, según el portal de Noticias Caracol, pueden ser especialmente peligrosas para estos grupos. La giardiasis, causada por el parásito Giardia lamblia, provoca síntomas gastrointestinales severos y puede adquirirse al tragar agua contaminada. Por su parte, la cryptosporidiosis, provocada por Cryptosporidium, produce diarrea acuosa y es resistente a muchos desinfectantes comunes.
Prevención: Cómo mantenerse seguro en la piscina
Ante los riesgos que representan las piscinas, es esencial seguir ciertas medidas preventivas para evitar infecciones. El portal Healthcare sugiere una serie de recomendaciones para la prevención de los casos anteriormente mencionados:
- Ducharse antes de ingresar al agua, ya que esto ayuda a eliminar bacterias y otros patógenos de la piel.
- Evitar nadar si se tiene diarrea o alguna infección, ya que se corre el riesgo de contagiar a otros bañistas.
- Para los padres, es recomendable asegurarse de que los niños pequeños usen pañales adecuados para piscina en todo momento y llevarlos al baño regularmente.
- Lavarse las manos después de cambiar pañales o usar el baño, para evitar la propagación de gérmenes en el área de la piscina.
- Otro consejo mencionado, es no tragar agua de la piscina. Aunque esto puede parecer difícil de evitar, especialmente para los niños, es una de las formas más efectivas de prevenir infecciones gastrointestinales graves.