Las infecciones urinarias son infecciones comunes que ocurren cuando entran bacterias a la uretra, generalmente de la piel o el recto, e infectan las vías urinarias. Pueden afectar a distintas partes de las vías urinarias, pero la infección de vejiga (cistitis) es el tipo más común.

Sus síntomas más usuales son dolor o ardor al orinar, orinar cada poco tiempo, sentir la necesidad de orinar a pesar de que la vejiga esté vacía, presentar sangre en la orina o sentir presión o retorcijones en la ingle o la parte inferior del abdomen.

Si la infección se propaga a los riñones, los síntomas pueden incluir escalofríos, temblores y sudoración, fatiga o indisposición general, fiebre, dolor fuerte en el costado, la espalda o la entrepierna, náuseas y vómitos y cambios mentales o confusión.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de contraer este tipo de infecciones están haber padecido una infección urinaria en el pasado, malas prácticas en la actividad sexual, cambios en las bacterias que viven dentro de la vagina (flora vaginal) y mala higiene, por ejemplo, en los niños que están aprendiendo a ir al baño.

Preste atención a los posibles síntomas de las infecciones urinarias, como ardor al orinar o dolor en el vientre o la espalda. | Foto: Getty Images

Aunque en la mayoría de los casos, se deberá tomar antibióticos para evitar la propagación de la infección a los riñones, hay una fruta y planta que ayuda a prevenir y controlar este tipo de dolencia.

Los arándanos son ricos en vitamina C y polifenoles antoixidantes, además contienen una elevada proporción de proantocianidinas (PACs) inusual en otras especies vegetales, es por ello que tienen un importante papel en el tratamiento y prevención de las infecciones urinarias.

Su efecto es debido a que impiden la adhesión de microorganismos a las células del tracto urinario. Este efecto es producido por las proantocianidinas (PACs), que minimizan e inhiben la actividad de la bacteria E.coli (responsable de la mayor parte de las infecciones urinarias de repetición) en la vejiga y las vías urinarias, ayudando así a eliminar la bacteria por la orina.

Algunos estudios han comprobado que combinar el tratamiento antibiótico con complementos de arándano rojo, aumenta la eficacia de los antibióticos. Por tanto, el arándano rojo reduce la duración de las infecciones del tracto urinario, ayuda a aliviar los síntomas producidos y es eficaz en la prevención de infecciones recurrentes.

Su fruto tiene la capacidad de proteger y fortalecer las paredes de los capilares (vasos sanguíneos), lo cual lo hace muy útil para combatir y prevenir las varices (venas varicosas), flebitis y hemorroides. Además de ser muy útil para atender, frenar y prevenir muy diversas afecciones de los ojos como el glaucoma, cataratas, pérdida de visión, degeneración de la retina, entre otras.

El poder antioxidante de estas pequeñas frutas es ya bastante conocido. Además, el efecto que tienen en el cerebro podría retrasar los daños causados por enfermedades degenerativas como el Alzheimer y la demencia senil.

Además, son conocidos por su alto contenido en fibra y agua, lo que puede ayudar a prevenir el estreñimiento y mejorar la salud digestiva en general. La fibra es esencial para una digestión saludable, ya que ayuda a mantener la regularidad intestinal al agregar volumen y suavidad a las heces.

Remedios caseros con hojas de arándanos para combatir algunas afecciones

  • Infección intestinal: tomar 2 vasos al día de indusión de hojas de arándano.
  • Daño de estómago: verter medio litro de agua sobre 25 gramos de hojas de arándano y se deja en maceración 10 minutos. Se hierve después unos 5 minutos y se toma un vasito dos o tres veces al día.
  • Piel con eczema: limpiar la piel 3 veces al día con el agua de la tisana.
  • Hemorroides: verter 25 gramos de hojas secas de arándano en agua bien caliente. Dejar entibiar un poco y hacer baños de asiento hasta que empiece a enfriar el agua.

La mayoría de las infecciones urinarias se pueden tratar en la casa con antibióticos recetados por un profesional de atención médica. Sin embargo, algunos casos podrían requerir tratamiento en el hospital.