Las fresas son una fruta dulce y deliciosa que muchas personas disfrutan como postre, en ensaladas o bebidas refrescantes. Lo que pocas tienen en cuenta es que su consumo puede ser clave para controlar la glucosa en la sangre.
De acuerdo con el blog elpoderdelconsumidor.org, “la fresa se caracteriza por su color rojo brillante y por sus numerosas semillas amarillas. Son un fruto jugoso, carnoso y de sabor agridulce que, cuando se consume de forma adecuada, puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre”.
Adicionalmente, esta fruta se destaca por su alta concentración de antioxidantes, así como de vitaminas y minerales. Cada 100 gramos de ella aportan solo 37 calorías, 0,7 g de proteínas, 7 g de carbohidratos, 0,3 g de grasa y 2,2, g de fibra.
Los nutrientes principales que aportan las fresas son los antioxidantes y minerales como potasio, magnesio, hierro, fósforo, calcio y yodo, los cuales contribuyen a la disminución de la inflamación de tejidos, además de que reducen los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa.
¿Cómo comer fresas para reducir la glucosa en sangre?
Un estudio realizado en Quebec analizó los efectos de las fresas sobre la hiperglucemia o el azúcar elevada en sangre y se obtuvieron resultados sorprendentes. De acuerdo con el profesor Yves Desjardins, quien dirigió el estudio, “una taza de fresas al día regula el azúcar en sangre”.
Para comprobar el resultado, se analizaron a 50 adultos que eran levemente obesos, con un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 30 y 34,9, quienes habían sido diagnosticados recientemente con diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina.
Los investigadores observaron que “comer una porción de fresas de aproximadamente 250 gramos, es decir, una taza de fresas frescas al día, podría reducir significativamente la intolerancia a la glucosa y mejorar la sensibilidad a la insulina”.
A su vez, informaron que “estos efectos son similares a los que se consiguen con medicamentos como la metformina, que es un agente hipoglucemiante y que sensibiliza a la insulina. Además, se comprobó que el consumo diario de fresas en pacientes con sobrepeso u obesidad podía favorecer una reducción en el peso corporal de hasta un 10 %, sin necesidad de hacer otras modificaciones en la dieta”.
¿A qué se deben los beneficios de las fresas contra la glucosa en sangre?
De acuerdo con el portal canaldiabetes.com, “la clave está en los polifenoles que contienen las fresas, ya que son un antioxidante que protege al organismo contra la oxidación generada por los radicales libres, aunque sus propiedades contra la hiperglucemia y para adelgazar no se relacionan con su acción antioxidante, sino con la influencia que tienen los polifenoles en las bacterias intestinales”.
La explicación científica de estos efectos asegura que las fresas reestablecen el equilibrio de la flora intestinal, lo cual aporta muchos beneficios, especialmente en el intestino de personas que suelen consumir comida chatarra y otros alimentos poco saludables, quienes tienen una microbiota alterada.
Este desequilibrio en la microbiota libera ácidos grasos que contribuyen al aumento de peso y al desarrollo de complicaciones como diabetes tipo 2 o síndrome metabólico. También aumenta el riesgo de hígado graso no alcohólico.
Ante estos hallazgos de cómo las fresas pueden ayudar a regular el azúcar en sangre, el profesor Desjardins señaló que “la sociedad actual puede empezar a cambiar el abordaje de las enfermedades relacionadas con la alimentación”.
Por último, destacó que aunque no se sabe con claridad el mecanismo mediante el cual los polifenoles de las fresas controlan los niveles de glucemia, los resultados animan a continuar investigando sobre las propiedades de estos compuestos para la salud.