La simple idea de tener un recipiente lleno de fresas cortadas y lavadas, listas para ser degustadas en la nevera, es un verdadero placer. Sin embargo, más allá de su sabor dulce y ácido, así como su fragante aroma, las fresas aportan una serie de beneficios para la salud que vale la pena explorar.
Pero antes de sumergirse en estos beneficios, es importante conocer un poco más sobre esta fruta tan especial. Las fresas son una de las frutas más consumidas, cuando están frescas y en su temporada.
Propiedades de las fresas
Las fresas poseen una notable riqueza mineral, siendo una de las frutas más ricas en hierro, junto con sus “primas” la frambuesa y la grosella. En un puñado de fresas, se puede encontrar un 17% de hierro y un 9% de magnesio, además de potasio, calcio, fósforo, manganeso, silicio y cobre, lo que las convierte en una fruta muy adecuada para abordar deficiencias nutricionales.
Además, son una excelente fuente de vitaminas C, K y ácido fólico. La composición de las fresas se destaca por su alto contenido de agua (89%) y aproximadamente un 7% de hidratos de carbono, principalmente en forma de fructosa, glucosa y xilitol.
Tanto las fresas como los fresones tienen un bajo contenido calórico, alrededor de 36 Kcal por cada 100 gramos. Sin embargo, lo que realmente resalta es su riqueza en vitamina C, que contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico y protege las células del daño causado por los radicales libres.
Beneficios de consumir fresas
1. Las fresas son ricas en fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales, lo que contribuye a mantener un sistema digestivo saludable. Los antioxidantes facilitan la absorción de nutrientes esenciales, incluyendo proteínas y hierro, mientras que la fibra desempeña un papel fundamental en la digestión y su regulación.
2. Ayudan en el control de peso: Las fresas son una opción de merienda ideal para quienes buscan perder peso o mantenerlo. Su dulzura las convierte en un sustituto satisfactorio de golosinas y postres, con aproximadamente cuatro calorías por fresa. Además, la abundante fibra ralentiza la digestión y estabiliza los niveles de azúcar en la sangre.
3. Ricas en vitamina C: Las fresas son una fuente excepcional de vitamina C, superando en contenido a las naranjas. Una taza de fresas proporciona el 150% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, fortaleciendo el sistema inmunológico y contribuyendo a prevenir enfermedades cardiovasculares, arrugas en la piel y problemas de salud ocular.
4. Beneficios para el corazón: A pesar de sus cantidades más moderadas, las fresas son ricas en minerales como potasio, calcio y fósforo, lo que puede ayudar a quienes padecen hipertensión arterial y reducir los niveles de colesterol en sangre, disminuyendo así el riesgo de enfermedades como la diabetes y el cáncer.
5. Propiedades antiinflamatorias: Al igual que otros frutos rojos como las cerezas, las frambuesas o los arándanos, las fresas contienen antocianinas, pigmentos que combaten la inflamación y fortalecen los huesos, al tiempo que estimulan el sistema inmunológico.
Cantidad diaria recomendada de fresas
La ingesta diaria recomendada de fresas es de aproximadamente 60 mg para aprovechar al máximo estos beneficios y mantener una salud óptima. No obstante, un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Nevada y la Universidad Estatal de Oklahoma sugiere que consumir alrededor de dos porciones y media de fresas al día puede ser ideal para potenciar estos beneficios.
Contenido calórico de esta fruta
Las fresas son bajas en calorías, con aproximadamente 33 calorías en cada 100 gramos de fresas frescas. Esto se traduce en alrededor de 4 o 5 calorías por cada fresa individual. Por lo tanto, una taza de fresas podría contener alrededor de 50 calorías, dependiendo de los acompañamientos como zumo, nata o yogur. La elección de acompañamientos dependerá de las preferencias personales.