Hace 16 años miembros de la Organización Mundial de la Salud, OMS, declararon el 25 de abril como el día mundial del paludismo o la malaria, una fecha que resalta la necesidad de visibilizar e intervenir constantemente en los compromisos y prácticas dirigidas hacia esta enfermedad que han padecido 17.974 colombianos en lo que va del 2023.
La malaria es una enfermedad tropical parasitaria muy antigua, que es transmitida por la picadura del mosquito del género Anopheles infectado por el parásito Plasmodium, el cual es un protozoo de tipo intracelular que se multiplica y se expande por el organismo, generando en sus víctimas síntomas como escalofríos, vómito, dolor de cabeza, fiebre y sudoración; que se manifiestan en el transcurso de aproximadamente siete días después de la picadura, que al identificarse se debe tratar de inmediato para evitar posibles complicaciones o eventuales decesos.
Se asume que esta enfermedad es de origen africano, desde donde ha llegado a distintas áreas tropicales y subtropicales del resto del mundo. El Dr. Julio Álvarez, en su manuscrito “Breve resumen de la historia de la malaria”, hace un recuento con datos sobre indicios de la malaria desde el año 116 a.C., y de cómo diferentes científicos la han estudiado para desarrollar una vacuna que logre vencerla.
Ahora mismo, la malaria es curable o tratable mediante medicamentos y observación médica.
Tan solo el año pasado, se registró un acumulado de 71.573 casos de malaria en Colombia, de acuerdo al boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud (de los cuales 70.188 son de malaria no complicada y 1.385 de malaria complicada; la malaria complicada implica el grave compromiso de uno o varios órganos de la persona, requiriendo un manejo especializado para su tratamiento).
Y según el mismo boletín con corte al 8 de abril de 2023, se cuentan 17.974 casos de los cuales 17.545 son de malaria no complicada y 429 de malaria complicada. Los departamentos con más casos de malaria no complicada son Chocó (29,9%), Córdoba (20,2%) y Antioquia (17,1%).
La malaria pareciera ser una enfermedad lejana, pero no lo es. Así lo explica Claribel Murillo, investigadora con amplia experiencia en malaria, del Cideim - Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas -, quien es bacterióloga de la Universidad del Valle, microbióloga de la Universidad de los Andes y parasitóloga de la Universidad de Tulane, New Orleans, EE.UU.
En diálogo con El País, habla sobre el panorama de la malaria en la región y los retos para combatirla en pleno 2023.
A propósito del día contra la malaria, ¿por qué es clave sensibilizar sobre este tema desde Cali?
Porque en nuestro entorno hay las condiciones óptimas para que haya transmisión de la malaria. En la mayoría del territorio nacional puede haber presencia del vector -mosquito- transmisor de la enfermedad, por lo que no es un padecimiento tan alejado a nuestra realidad y medio ambiente.
Entonces, es muy importante que conozcamos que la malaria existe en Colombia, y en la medida en que conozcamos lo que es, el cómo se transmite, cómo se puede prevenir y cómo se puede curar, reducimos las posibilidades en el aumento del número de casos.
¿Por qué sigue siendo tan complejo combatir la malaria?
Primero, para que se perpetúe el ciclo de transmisión, tenemos parásitos-vectores y personas que se infectan y que amplifican el parásito. Entonces reducir el número de vectores a veces es muy complicado, porque no podemos acabar con todos los mosquitos que transmiten la malaria. Y de reducir el número de casos, es complejo porque hay personas que pueden presentar o no presentar síntomas y de todas maneras pueden tener estos parásitos en su sangre, contribuyendo de esa manera a que otro vector se infecte y llegue a otra persona.
Y también porque hay algunos parásitos que se han mostrado resistentes al medicamento, siendo este un problema para eliminar.
¿Qué se ha descubierto recientemente ante el tratamiento de esta enfermedad, debido a su resistencia a los antipalúdicos?
Los parásitos en general, los microorganismos, tienen mecanismos por los cuales pueden evadir ciertas amenazas como son los tratamientos. Entonces ellos ‘aprenden’ a cómo manejar este ataque y cambian sus células, su manera de respirar. Por lo que siempre el reto ha sido encontrar medicamentos que sean lo suficientemente potentes y que no generen resistencia, pero es difícil por lo que mencioné ahora. El parásito siempre está en la lucha contra las medidas preventivas.
¿Cuál es el enfoque de la vacuna existente y su efectividad?
Existen más de una vacuna para la malaria, enfocadas en la prevención, pero aún están en evaluación principalmente en África, donde se presentan la mayor cantidad de casos. La efectividad de la vacuna depende de su etapa de desarrollo y de la población donde se evalúe. Por ejemplo, la vacuna actual recomendada por la OMS, en etapas tempranas se observó una eficacia inicial de aproximadamente 70%, si no me equivoco, pero cuando se llevó a campo, bajo las condiciones reales de los diferentes territorios, su eficacia se vio reducida.
¿Cuál es la alternativa de refuerzo o control ante ella?
Definitivamente la mejor manera para el control de la enfermedad es conocerla.
Saber cuáles son sus síntomas, cómo se produce, cómo se transmite, y como prevenirla. Por ejemplo: haciendo uso del toldillo, uso del repelente, etc., es decir, realizando toda aquella ayuda que prevenga el mosquito para que no entre en contacto con las personas.
Pero, lo importante también es saber que la malaria es curable, ya que, una vez tengas los síntomas se debe de detectar a tiempo para que sea tratada, porque si la malaria no se controla puede llegar a ocasionar la muerte del infectado o el deterioro de la salud.
¿Es Cali una ciudad vulnerable a la malaria?, ¿cuáles son las zonas más propensas a albergar este tipo de mosquito?
En Cali no hay transmisión activa de la malaria, porque no se dan esas condiciones para que proliferen, pero sí estamos a dos horas de Buenaventura que es una región donde si hay riesgo de infección por esta.
¿Cuáles son los proyectos investigativos que avanzan dentro del CIDEIM sobre la malaria y el mosquito transmisor?
Nuestros proyectos han estado dirigidos a conocer aquellos factores del parásito transmisor de la malaria que lo hacen resistente al medicamento y también a la identificación de zonas en las que los parásitos resistentes se han distribuido.
Y últimamente hay un estudio con un enfoque social, en el cual se están evaluando esas intervenciones que se plantean ante la prevención y el tratamiento, en una comunidad indígena, para mostrar cómo son adoptadas por la misma, y así ver cómo pueden esas estrategias de prevención ajustarse al contexto y necesidad de esa población.
Además de los síntomas ya documentados que provoca esta enfermedad, ¿existen otros menos evidentes o que se puedan confundir con síntomas de otras enfermedades que camuflen la malaria?
Los síntomas de la malaria se pueden confundir con virosis o con otras enfermedades bacterianas y no hay un indicio que drásticamente indique que te infectaste. Sin embargo, la sospecha de que puedes estar infectado ayuda demasiado. Porque si bien en Cali es menos probable que te de malaria, pero fuiste de vacaciones a Juanchaco, Buenaventura, al Amazonas o al Chocó -zonas propensas- y al regresar presentas síntomas como fiebre, escalofríos, sudoración, vómito, tienes que tener en tu mente que puede ser una posible infección por malaria.
Como investigadora del área de malaria en el CIDEIM, ¿Qué recomendaciones les podría dar a los ciudadanos ante el cuidado de esta enfermedad?
Sepan que la malaria es una enfermedad endémica en Colombia. Que hay ciertos sitios donde ocurre la transmisión y que hay maneras de prevenirlas. Y lo más importante es conocer si en las regiones que se visitan hay transmisión de esta enfermedad, para que ante los síntomas puedan consultar al médico de inmediato.