Una de las causas asociadas a las enfermedades cardiovasculares es la hipertensión o presión arterial, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la condición en que “la presión de la sangre en nuestros vasos sanguíneos es demasiado alta (de 140/90 mmHg o más). Es un problema frecuente que puede ser grave si no se trata”.

Según la OMS hay en el mundo hay 1280 millones de adultos de 30 a 79 años con hipertensión y la mayoría de ellos (cerca de dos tercios) vive en países subdesarrollados, como los que hay en Latinoamérica. Advierten que el 46% de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección, por lo que solo se trata a menos de la mitad de los adultos que la presentan (solo al 42%).

Cabe recordar que la hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo, por lo que disminuir los factores de riesgo es fundamental y, entre estos, adquirir hábitos saludables y establecer una dieta saludable son básicos.

Según la OMS, la hipertensión es una causa para el desarrollo de enfermedades cardíacas. | Foto: Getty Images

En este sentido, es recomendable establecer una dieta con alimentos que favorecen el control y la bajada de la tensión, como los que se describen a continuación. Es necesario aclarar que cada alimento debe contar con el aval de un médico nutricionista, quien determina en cada caso la frecuencia en que deben consumirse, o si no es apto para algunas personas debido a condiciones médicas preexistentes.

El apio: en muchos casos es el gran desconocido en las dietas más generalistas. Favorece a la eliminación de sodio y controla el nivel de sangre en las arterias. Con 4 o 5 tallos se puede sumar a zumo de frutas, purés de verduras o en cremas.

Legumbres: alfalfa, chícharo, fríjol, alubia, garbanzo, habas, ejote, lentejas, cacahuate, y soya, aportan fibra, proteínas, vitaminas y minerales que permiten controlar la tensión. Pueden estar presentes en hummus, ensaladas o sopas.

Las semillas de cáñamo: el Omega 3 también resulta un buen compañero para tener siempre bajo control la tensión. Actúa como antiinflamatorio y preventivo de las enfermedades cardiovasculares. En esta línea, dos cucharadas de cáñamo son casi imprescindibles en la dieta.

Ajo: para tener controlada la tensión se recomienda el consumo de un diente de ajo al día, sea crudo o cocido, ya que actual como vasodilatador de los capilares y las arterias.

El ajo es recomendado, aunque debe moderarse. Lo ideal es consultar antes de consumirlo de forma regular. | Foto: Getty Images

Aceite de oliva: contiene vitamina E. Con un par de cucharadas diarias su consumo puede convertirse en una sustancia con excelentes efectos vasodilatadores.

Cebolla: junto con el ajo, la cebolla favorece la circulación si se consume una unidad diaria. Como en el caso del ajo, se puede también consumir cruda en ensaladas o de forma cocinada con otros alimentos.

La pera: muy rica en agua y sin grasas favorece la suma de potasio. Aporta su función diurética y controladora de la tensión.

Agua de coco: su hidratación refuerza los mejores equipos de defensa del cuerpo humano. Además, el agua de coco aporta potasio y magnesio que sirve como protector cardiovascular.

También conocida como agua de coco verde. | Foto: Getty Images

Canela: pone a raya los niveles de azúcar en sangre y controla las glucemias altas para regular el sistema vascular y circulatorio. Se puede incorporar en todos tipos de postres y compotas de frutas.

Alcachofa: tiene entre sus mejores propiedades su capacidad diurética, que elimina líquidos, y su alto nivel de potasio. Se debe tomar dos o tres veces semanales.

Otra semilla para el corazón

Las pipas de calabaza son ricas en antioxidantes, especialmente en vitamina E, la cual ha sido vinculada con una disminución del riesgo de enfermedades cardíacas, como indican diversos estudios científicos. Estos antioxidantes actúan como un escudo protector para el corazón al contrarrestar el estrés oxidativo.

Reducir este estrés oxidativo es esencial para preservar la salud cardíaca, ya que se sabe que es un precursor silencioso de varias enfermedades crónicas.