Llamada a nivel científico como la Salvia Hispánica, la chía es una semilla que contiene omega-3, fibra, proteínas y minerales esenciales, muy saludables para el cuerpo. Estas semillas se cultivan desde el año 3500 a. C. en países de Latinoamérica como México, Guatemala, Colombia y Ecuador. Pero recientemente se ha estudiado mucho a nivel nutricional y se han encontrado importantes hallazgos de sus propiedades benéficas para la salud.
Aunque no lo parezca, una porción de 28 gramos de semillas de chía, que pueden ser de color negro o blanco, de acuerdo con una publicación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), pueden proporcionar los siguientes nutrientes: 138 calorías, 8,7 gramos de grasa, 5 miligramos de sodio, 12 gramos de carbohidratos, 4,7 gramos de proteína, 0 gramos de azúcares y 9,8 gramos de fibra.
Además, según un estudio publicado en la revista Molecules, se describe a la chía como fuente importante de ácidos grasos poliinsaturados, fibra dietética, polifenoles y antioxidantes (como el ácido cafeico, el ácido rosmarínico, la miricetina, la quercetina y otros). Y, por si fuera poco, aporta vitaminas A, B, K, E y D, y tiene los 9 aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede producir y es libre de gluten.
Por esta razón, en numerosos estudios se la considera un alimento con propiedades antiinflamatorias, antimicrobiano, antidiabético, inmunomodulador y antitumoral, entre otras.
En una revisión comparada del Journal of Food Science and Technology se la considera un alimento con potencial nutracéutico y farmacéutico.
La chía también ayuda con la digestión, pues como lo comprobó un estudio de Food Science & Nutrition, su aporte de fibra dietética insoluble favorece el alivio del estreñimiento. De hecho, mejora el movimiento peristáltico, aumentando el número de defecaciones y evita la obstrucción intestinal.
Así mismo, debido a su contenido de ácidos grasos insaturados, proteínas sin gluten, minerales y compuestos fenólicos, la chía ayuda a prevenir enfermedades gastrointestinales, como el cáncer de colon. Cabe aclarar que no es un tratamiento, solo es un alimento complementario a la dieta para mantener una buena digestión.
No obstante, se debe advertir que su consumo ha de ser moderado. Según la organización estadounidense WebMD, comer demasiadas semillas de chía podría causar estreñimiento, diarrea, hinchazón y gases debido al exceso de fibra. Y, en casos más preocupantes, podría detonar brotes en pacientes con enfermedad de Crohn.
Por lo general, la mayoría de las personas pueden obtener los beneficios de la chía sin experimentar efectos secundarios. Es un alimento seguro, siempre que no se exceda su consumo. De igual forma, lo recomendable es consultar con un médico o nutricionista si se piensa incluirla en la dieta de forma permanente, para determinar la cantidad teniendo en cuenta las condiciones de cada persona.