Conforme a como van pasando los años y ante la llegada del envejecimiento, las personas adultas empiezan a recordar las cosas con mayor dificultad, la mayoría de ellos logra recordarlas pasado un tiempo; sin embargo, hay quienes no logran hacerlo y cuando esto sucede es pertinente consultar con un profesional de la salud, porque detrás de este síntoma habría un padecimiento que está afectando el cerebro de manera directa.
Cabe mencionar que el cuerpo recibe la mayoría de nutrientes y vitaminas por medio de los alimentos que el paciente consume a diario, de allí radica la importancia de alimentarse de manera sana y equilibrada, priorizando la ingesta de frutas, verduras, hortalizas, proteínas, frutos secos, grasas saludables y carbohidratos en su estado natural.
Las personas que suelen olvidar algunas cosas pueden tener algo que se conoce como deterioro cognitivo leve. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación aclara que estos pacientes tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, aunque no es determinante. En general, alrededor del 1 % al 3 % de los adultos mayores desarrollan demencia cada año.
Además, los estudios indican que, cada año, alrededor del 10 % al 15 % de las personas con deterioro cognitivo leve desarrollan demencia; pese a esto, no todo está perdido la psiquiatra nutricional de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Uma Naidoo, en su libro This is your brain on food (Lo que la comida le hace a tu cerebro) destaca que las vitaminas que podrían prevenir el deterioro cognitivo son las del complejo B.
- Vitamina B1 (tiamina): este compuesto convierte los alimentos que se consumen a diario en energía. Además, la tiamina es importante para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento de las células del organismo. La timina se puede encontrar en alimentos integrales tales como el pan, la pasta y el arroz. También está presente en los pescados y en la carne, en especial la de cerdo, al igual que en las semillas, legumbres y frutos secos.
- Vitamina B2 (riboflavina): esta funciona en conjunto con las otras vitaminas del complejo B y es relevante para el crecimiento corporal y la producción de glóbulos rojos. Esta se encuentra en las verduras y hortalizas de hoja verde, en las carnes magras, legumbres y vísceras como el hígado y el riñón.
- Vitamina B3 (niacina): hace posible que las enzimas funcionen de manera adecuada y que la piel, los nervios y el aparato digestivo se mantengan en buenas condiciones. La vitamina B3 está presente en la leche, los huevos y los productos como cereales y panes que están enriquecidos con este nutriente.
- Vitamina B6 (piridoxina): hace que el funcionamiento de los azúcares, las grasas y las proteínas del cuerpo se lleven a cabo de manera óptima. Esta se encuentra presente en aves, pescados y vísceras. También en las papas y otros vegetales con almidón.
- Vitamina B12 (cianocobalamina): regula el metabolismo y mantiene la salud de las neuronas y la sangre. Se entra en alimentos como el pescado, la carne, las aves, los huevos, la leche y otros productos lácteos como el quedo y el yogur.
- Folato (ácido fólico o B9): es necesaria para producir ADN y otros tipos de material genético. También es necesario para la división celular en el organismo. Se encuentra en las hortalizas de hojas verdes, frutas cítricas y frijoles.
- Ácido patoténico (B5): es esencial para el metabolismo de los alimentos. También desempeña un papel en la producción de hormonas y colesterol. Está presente en la carne de res, el pollo, los mariscos y las vísceras. También en los huevos y la leche, en los champiñones (especialmente shiitakes), aguacates, papas y brócoli.
- Biotina (B7): es una parte importante de las enzimas del cuerpo que descomponen sustancias como grasas, carbohidratos y otras. La vitamina se encuentra en el aguacate, el brócoli, la col y otras verduras de la familia repollo. También en los huevos, legumbres y lentejas.