Por: Steve Amado, otorrinolaringólogo, especial para El País*

A continuación, se desarrollan una serie de recomendaciones que le permitirán a la comunidad general ser conscientes de estos problemas:

Steve Amado Galeano, otorrinolaringólogo. Egresado de la Universidad del Rosario. Somnólogo desde 2009. Profesor de la Universidad del Rosario. | Foto: El País

Reconociendo los signos

1. El ronquido: A menudo considerado inofensivo, reflejo de dormir profundo o incluso, cómico, puede ser un indicio temprano de problemas respiratorios durante el sueño.

2. Pausas respiratorias durante el sueño: Otro signo revelador de la apnea del sueño son las pausas respiratorias mientras se duerme y los episodios de despertar con una sensación de ahogo. Estos eventos pueden ser aterradores y perturbadores para quienes los experimentan y para sus seres queridos. Estas pausas respiratorias, conocidas como apneas, pueden ocurrir múltiples veces durante la noche, lo que interrumpe el sueño normal y provoca disminución en la oxigenación.

Un bebé de 0 a 3 meses debe dormir entre 14 a 17 horas y después de los de 4 a 12 meses requiere 16 horas, incluyendo las siestas.

Comprendiendo la apnea del sueño

La apnea del sueño es un trastorno respiratorio crónico caracterizado por la interrupción repetida de la respiración durante el sueño. Estas pausas respiratorias tienen una duración mínima de 10 segundos, pero pueden extenderse mucho más con mayor impacto en la disminución de la oxigenación. Las causas son múltiples, pero tienen en común la obstrucción de las vías respiratorias superiores.

Consecuencias de la enfermedad

  • Cardiovasculares: La apnea del sueño no es solo un trastorno del sueño, también tiene implicaciones graves para la salud cardiovascular. Las personas con apnea del sueño tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
  • Riesgo de accidentabilidad: La somnolencia diurna que a menudo acompaña a este trastorno puede aumentar la probabilidad de accidentes automovilísticos y laborales, incluso, lleva al ausentismo laboral.
  • Neurológicas y psiquiátricas: La apnea del sueño se relaciona con problemas de memoria, dificultades cognitivas y deterioro de la función mental. Además, las personas que padecen esa afección tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad.

Posibles enfoques de tratamiento

Las personas que padecen apnea de sueño tienen mayor riesgo de padecer ansiedad y depresión. | Foto: El País

El manejo efectivo de la apnea del sueño requiere un enfoque multidisciplinario. Dependiendo de la gravedad del trastorno, los pacientes pueden necesitar la atención de varios especialistas de la salud, incluyendo neumólogos, neurólogos, psiquiatras, psicólogos, odontólogos, fonoaudiólogos y otorrinolaringólogos. Un equipo médico bien coordinado puede ofrecer el enfoque de tratamiento más efectivo, pero todo debe iniciar con la consulta temprana a través del médico general, del médico familiar o del médico internista.

Existen también los dispositivos de avance mandibular, los cuales son aparatos diseñados para reposicionar la mandíbula y la lengua con el fin de abrir las vías respiratorias. Son una opción para personas con apnea del sueño leve o moderada o para aquellos que no pueden tolerar el CPAP.

La cirugía es una de las opciones disponibles para los pacientes tienen características especiales por presentar alteraciones anatómicas a nivel de la mandíbula o de exceso de tejidos en la garganta. Existen varias opciones quirúrgicas y la elección dependerá de una evaluación especializada.

La terapia miofuncional, también conocida como terapia de reeducación orofacial o terapia de la función orofacial, es un tratamiento que se centra en ejercitar y reeducar los músculos de la boca y la garganta a partir de ejercicios específicos diseñados para mejorar el tono y la función de estos músculos.

Estos tratamientos son complementarios entre sí, lo que explica por qué actualmente el tratamiento de esta enfermedad se realiza de forma interdisciplinar.

Los niños de 1 a 2 años necesitan 11 a 14 horas de sueño; los de 3 a 5 años, entre 10 a 13 horas; y los de 6 a 13 años es necesario que duerman 9 a 11 horas. Los adolescentes, de 8 a 10 horas; los adultos, como mínimo, deben tener 7 horas de sueño.

Conclusión

La apnea del sueño es un trastorno que no debe subestimarse. Reconocer los signos, buscar ayuda temprana y seguir un enfoque multidisciplinario para el tratamiento pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida y la salud general. Al adoptar hábitos de sueño saludables, podemos dormir conscientes de nuestra salud y bienestar, y así mejorar no solamente nuestra calidad de vida sino nuestra expectativa de vida.

Higiene del sueño

Con la ayuda de una máquina que se utiliza durante el sueño y con la ayuda de una mascarilla especial, el paciente recibe aire con presión que permite abrir las vías respiratorias. | Foto: El País

Es importante que la comunidad aprenda una serie de medidas que se han denominado ‘higiene del sueño, término que se utiliza para describir un conjunto de prácticas y comportamientos relacionados con el sueño que son importantes para mantener una calidad de sueño óptima y prevenir problemas relacionados con el sueño, que van desde el sueño insuficiente, hasta el insomnio.

El concepto de higiene del sueño se ha desarrollado a lo largo del tiempo a medida que se ha comprendido mejor la importancia del sueño en la salud y el bienestar humanos. Incluye pautas y recomendaciones relacionadas con factores como el horario de sueño, el ambiente de dormitorio, la dieta, el ejercicio y otros comportamientos antes de acostarse, que pueden influir en la calidad y la duración del sueño.

Aquí hay algunas recomendaciones para man- tener una buena higiene del sueño:

  • Mantener un horario regular de sueño: establecer una hora fija para acostarse y levantarse todos los días, incluso, los fines de semana.
  • Crear un ambiente propicio para el sueño: mantenga su habitación oscura, fresca y tranquila.
  • Evite estimulantes antes de acostarse: Limite la cafeína o las bebidas oscuras como té y chocolate a las horas de la mañana, evitar la ingesta de alcohol, especialmente antes de dormir, ya que a diferencia de lo que se cree, el licor es un estimulante del sistema nervioso central.
  • Ejercicio regular: La actividad física mejora la calidad del sueño, debe realizarse preferiblemente en horas de la mañana, ya que le permitirá estar más activo durante el día.
  • Evite realizarlo en la noche, ya que al activarse le costará más trabajo conciliar el sueño.
  • Mantenga un peso saludable: es importante mantener un peso saludable, los alimentos que se toman en la cena deben ser livianos, sin contenido de azúcar ni grasas.
  • Es muy importante tener clara la cantidad de tiempo que debemos dormir. Las horas de sueño necesarias varían con la edad, siendo mayor el requerimiento en los bebés y menor en los adultos mayores. (Ver microformatos).

*Presidente de la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño, Acmes