Dormir es una de las prácticas más necesarias, pues es fundamental para gozar de buena salud, mantenerse activo durante el día y reducir los signos de envejecimiento prematuro.
Sin embargo, por distintas razones, hay quienes duermen pocas horas o lo hacen a altas horas de la noche, lo cual, a largo plazo, podrían tener graves consecuencias para la salud.
De acuerdo con un artículo de Mayo Clinic, algunas de estas complicaciones son las siguientes:
- Menor rendimiento en el trabajo o en los estudios.
- Reflejos más lentos al conducir y un mayor riesgo de accidentes.
- Enfermedades mentales, como depresión, ansiedad o abuso de sustancias adictivas.
- Mayor riesgo de tener enfermedades o afecciones crónicas, como presión arterial alta y enfermedad cardíaca, o empeoramiento de estas.
El mismo artículo explica, además, que para prevenir estas consecuencias es necesario organizar el ciclo del sueño y descansar de la forma adecuada.
Una de las prácticas que recomienda llevar a cabo, es despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, esto con el fin de organizar el ciclo de sueño.
Asimismo, realizar actividad física todos los días, para que en la noche se pueda gozar de un buen descanso.
Es importante que las siestas tengan un tiempo prolongado, o en su defecto, no dormir siestas directamente. Además, se debe limitar o evitar el consumo de cafeína, el alcohol y la nicotina, y no comer o beber demasiados líquidos antes de ir a dormir.
“La cantidad de horas de sueño necesarias varía según la persona, pero la mayoría de los adultos necesitan de 7 a 9 horas por noche”, menciona el artículo.
Dormir temprano y asegurar un descanso adecuado es esencial para mantener una buena salud física y mental. Ignorar la importancia del sueño puede tener consecuencias graves y duraderas para la salud, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades a largo plazo.