Algunas personas que han estado a punto de fallecer, pero que sobreviven, han contado sus experiencias, entre ellas los pensamientos más comunes cuando estaban por perder la vida. La enfermera Bronnie Ware contó en su libro Los Cinco Mandamientos Para Tener una Vida Plena los lamentos comunes que escuchó de los pacientes que se encontraban en cuidados paliativos y estaban por morir.
“No debí haber dedicado tanto tiempo a mi trabajo, sino a mi familia”, también relató Bronnie Ware en su libro. También asegura la enfermera que los pacientes dicen “que me hubiera gustado mostrar más abiertamente mis sentimientos”.
“No debería haber perdido la relación con viejos amigos, me hubiese gustado estar más en contacto con ello” y “tendría que haberme permitido a mí mismo ser más feliz: haber tenido el coraje de hacer las cosas que eran valiosas para mí a pesar del miedo”, son otras de las revelaciones que se mencionan en el libro Los Cinco Mandamientos Para Tener una Vida Plena.
Muchas personas que han estado a punto de morir han expresado que vieron una luz al final. Tanto así, que se ha convertido en una frase común entre las personas: “no vayas hacia la luz”.
La profesora de fisiología molecular y neurología en la Universidad de Michigan, Jimo Borjigin, considera que lo expresado por estas personas es cierto. La científica ha estudiado en los últimos años las experiencias cercanas a la muerte para conocer lo que le pasa al cerebro segundos antes de fallecer y las variaciones que se dan en la actividad cerebral de una persona a la que se le retira el soporte vital.
“No todas las experiencias son iguales, pero efectivamente son ciertos los relatos de la gente que ve una luz al final del túnel o que recuerda su vida como si fuera una película”, agregó la científica para un medio de comunicación internacional.
“Después de la eliminación del soporte vital, hubo una marcada elevación de la actividad cerebral. El cerebro se activa cuando reconoce a la muerte como un hecho inminente porque pretende satisfacer la necesidad homeostática de supervivencia. Esa es nuestra hipótesis actual”, comentó.
La investigación observó a cuatro pacientes en coma. En todos los casos se pudo apreciar un aumento de las ondas cerebrales cuando se retiró el sistema vital y en dos de ellas, ambas mujeres de 24 y 77 años, se vio un aumento en la frecuencia gamma, asociada a la conciencia.