¿Qué adelgaza más: comer muchas veces al día o pocas? Esa pregunta es la que retumba en la cabeza de quienes están en un proceso de pérdida de peso, pues son muchas las dudas que surgen cuando se está intentando adelgazar.
Por ello, la Universidad de Barcelona realizó un estudio para aclarar las dudas que existen al respecto, ya que comúnmente se tiene la costumbre de dividir la ingesta diaria en tres grandes comidas: el desayuno, el almuerzo y la cena (en algunos casos, también la merienda).
No obstante, en los últimos años se ha empezado a cuestionar que esta forma de repartir las comidas a lo largo del día sea la óptima, especialmente cuando se intenta bajar de peso. ¿Hacer comidas más pequeñas y frecuentes podría ser mejor para perder peso?
Según el estudio, comer menos, pero varias veces al día, adelgaza más que hacer solo dos grandes comidas diarias, por lo que comer de cinco a seis veces en el día de forma habitual se relaciona con un menor Índice de Masa Corporal (IMC), una medida que tiene en cuenta el peso en kilos y la altura de cada persona y ayuda a saber si está en el peso correcto o por debajo de lo normal, o bien si hay sobrepeso u obesidad.
Para llegar a la conclusión de que la frecuencia de las comidas influye en el IMC, las investigadoras estudiaron a 260 personas entre 20 y 30 años y analizaron: la dieta, los horarios de sueño y comidas, la temperatura corporal y el IMC.
Entonces, ¿el estudio sugiere que se debe comer constantemente para reducir el IMC?
Trinitat Cambras, catedrática de Fisiología de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB y codirectora del estudio, dijo que no. “De hecho, los resultados señalan que esas 5 o 6 comidas al día deberían hacerse cada 3 o 4 horas y dentro de un intervalo de tiempo diurno menor de catorce horas”.
Agregó que fue posible observar que a medida que aumenta la frecuencia de comidas durante el día, el consumo de calorías durante la noche es menor.
“Tanto cenar tarde o demasiado como saltarse el desayuno se han relacionado con el aumento de la prevalencia de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes de tipo 2. A medida que se acerca la noche, nuestro cuerpo se prepara para dormir y no comer, o sea, para ayunar”, explicó María Izquierdo, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB y codirectora del estudio.
¿Comer a menudo es bueno para la salud?
El estudio también analizó la relación entre la frecuencia de las comidas y la salud del reloj interno, que tiene toda persona y que marca un momento determinado para cada cosa.
Estudios anteriores de la Universidad de Barcelona ya habían demostrado que la hora de la comida es un sincronizador importante del reloj circadiano de cada persona. Así, las horas de las comidas modifican el reloj molecular de distintos tejidos, indicando si es de día o de noche.
De esta forma, señaló María Fernanda Zerón, investigadora posdoctoral y primera firmante del estudio, “el hígado, el páncreas e incluso el tejido adiposo se preparan para gestionar los nutrientes de la dieta durante el día, lo cual ayudará a mantener el equilibrio de energía y nutrientes en el cuerpo”.
Esta nueva investigación va más allá y sugiere que no solo el horario de las comidas, sino también su frecuencia y regularidad influyen en el funcionamiento del reloj interno y, por tanto, en la lucha contra la obesidad.
Para comprobarlo, se tomó como referencia la temperatura corporal, un marcador del ritmo del reloj circadiano. Y los resultados revelaron que el patrón diario de temperatura es “más robusto en aquellas personas que hacían de cinco a seis comidas al día”.
Esto significa que hay un mayor contraste de temperatura entre el día y la noche, lo que indica un ritmo circadiano más pronunciado, es decir, más saludable.
Además, el hecho de hacer de cinco a seis comidas diarias se asoció con una ligera subida de temperatura al mediodía, lo cual es también una característica de un ritmo circadiano saludable.
Y un ritmo circadiano sano hace que órganos y glándulas rindan mejor, activa el metabolismo cuando toca, favorece el descanso de noche.