El aceite de oliva ha tomado gran fama en el campo de la salud debido a los beneficios que este trae consigo para el cuerpo humano.

De hecho, hay algunos especialistas que recomiendan incluirlo en las dietas alimenticias por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y por funcionar como un protector contra enfermedades cardiovasculares. Asimismo, para controlar la presión arterial y reducir el colesterol.

Y es que el aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados, especialmente en ácido oleico. Estos componentes beneficiosos ayudan a disolver el colesterol malo, LDL, sin modificar los niveles de colesterol bueno, HDL.

Es crucial que se opte por una dieta rica en alimentos saludables como frutas, verduras, granos enteros, legumbres y fuentes magras de proteínas, para reducir los niveles de colesterol malo. | Foto: Getty Images

Por ello, algunos expertos en el tema recomiendan consumir 2 cucharadas de aceite de oliva diarios para reducir los efectos negativos del colesterol malo en el cuerpo.

Además, el aceite de oliva contiene antioxidantes, como la vitamina E y los polifenoles, que ayudan a proteger los vasos sanguíneos y reducir la inflamación. Al igual que prevenir la oxidación del colesterol LDL, lo que reduce el riesgo de formación de placas en las arterias.

Es de recordar que el colesterol malo es el que se ingiere a través de los alimentos que comemos. Este tipo de colesterol se deposita en las paredes arteriales obstruyéndolas y provocando serios problemas de salud.

Por tanto, es crucial que se opte por una dieta rica en alimentos saludables como frutas, verduras, granos enteros, legumbres y fuentes magras de proteínas. Además, reducir el consumo de grasas aturadas y trans presentes en alimentos procesados y fritos.

La carne que no es magra puede incrementar los niveles de colsterol. | Foto: Getty Images

La actividad física también juega un rol importante para reducir los niveles de colesterol malo y mantener un corazón saludable. Es recomendable realizar ejercicios aeróbicos, como caminar, correr o nadar al menos 150 minutos a la semana. La actividad física ayuda a aumentar los niveles de colesterol HDL (el “bueno”) y a reducir el LDL (el “malo”).

La buena alimentación es el primer paso para controlar o decirle adiós al colesterol malo, sin embargo, siempre es necesario acudir a un especialista en el tema.