El magnesio es un mineral esencial que juega un papel crucial en el funcionamiento del cuerpo humano. A menudo se le conoce como el “mineral de la relajación” debido a su función en el control del sistema nervioso y muscular. Este nutriente desempeña un papel fundamental en diversas funciones biológicas, y su presencia en el organismo es de suma importancia para mantener una buena salud.
Este compuesto se encuentra en gran variedad de alimentos, incluyendo verduras de hoja verde, nueces, semillas, legumbres, granos enteros y algunos tipos de pescado. Además, el agua potable también puede ser una fuente importante de magnesio, aunque la cantidad puede variar dependiendo de la región y la fuente de agua.
El cuerpo humano contiene aproximadamente 25 gramos de magnesio, siendo el 60% almacenado en los huesos, el 39% en tejidos blandos y solo alrededor del 1% en la sangre. De allí la importancia de tener un consumo adecuado de este elemento para mantener el equilibrio y evitar deficiencias que puedan afectar negativamente la salud.
Pese a sus beneficios como la prevención de calambres musculares, la relajación, reducción del estrés y la salud ósea y cardiovascular, el consumo de magnesio aunque es recomendado y beneficios para la mayoría de personas, para otras puede implicar ciertos riesgos sobre todo por padecimientos de base. Algunas de las condiciones más frecuentes son:
- Personas con insuficiencia renal: aquellas que padecen problemas renales pueden tener dificultades para eliminar el exceso de magnesio del cuerpo, lo que podría llevar a niveles peligrosos en sangre.
- Individuos con enfermedades digestivas: algunas enfermedades intestinales como la celíaca o inflamatorias intestinales pueden dificultar la absorción adecuada de magnesio, lo que podría llevar a deficiencias o acumulación excesiva.
- Personas que toman ciertos medicamentos: algunos medicamentos como diuréticos para tratar la presión arterial o la retención de líquidos, además de laxantes estimulantes, pueden aumentar la excreción de magnesio y llevar a una deficiencia.
- Individuos con enfermedades cardíacas: en ciertos casos, altas dosis de magnesio pueden ser peligrosas para personas con enfermedades del corazón. Por ejemplo, en el caso de arritmias un desequilibrio en los niveles de magnesio podría empeorar la situación.
¿Cómo adquirir el magnesio?
El magnesio es absorbido por las plantas desde el suelo y, a su vez, los animales obtienen magnesio al consumir esas plantas. Por lo tanto, los alimentos vegetales y animales pueden ser fuentes de magnesio para los seres humanos.
Para obtener las cantidades de magnesio necesarias para el organismo hay una lista importante de alimentos ricos en este mineral que pueden incorporarse a la dieta como:
- Vegetales de hoja verde: espinacas, acelgas, col rizada y otras verduras de hojas verdes son excelentes fuentes de magnesio.
- Frutos secos y semillas: almendras, nueces, anacardos, semillas de calabaza, semillas de girasol y semillas de chía son ricos en magnesio.
- Legumbres: frijoles, lentejas, garbanzos y guisantes contienen magnesio.
- Granos enteros: el arroz integral, la quinua, la avena y el trigo integral son buenas fuentes de magnesio.
- Pescado: algunos pescados como el salmón, la caballa y la trucha contienen magnesio.
- Aguacates: son una fuente rica de magnesio y también aportan grasas saludables.
- Bananos: son una fruta que contiene magnesio y otros nutrientes beneficiosos.
- Chocolate oscuro: el chocolate oscuro con alto contenido de cacao puede proporcionar una cantidad significativa de magnesio.
Además de estos alimentos, también se puede considerar el consumo de suplementos de magnesio si la dieta no cubre adecuadamente las necesidades diarias. Los suplementos de magnesio están disponibles en varias formas como comprimidos, cápsulas, polvos y líquidos.
Es importante contar con la orientación de un profesional de la salud antes de comenzar a tomar suplementos, especialmente si se padece alguna enfermedad preexistente o se están tomando medicamentos.