Cada vez son más las personas que se esfuerzan por mantener una buena salud de la piel debido a varias razones, que pueden variar según la cultura, las expectativas sociales y las motivaciones personales.

La piel es el órgano más grande del cuerpo y uno de los aspectos más visibles de nuestra apariencia. Una piel sana, limpia y radiante puede mejorar la autoestima y la autoconfianza, lo que lleva a una percepción más positiva de la imagen personal, pero al mismo tiempo, una piel sana refleja una buena salud en general, mientras que problemas cutáneos pueden ser indicadores de problemas internos o malos hábitos.

Y es que con el paso de los años las células de la piel se regeneran más lentamente, lo que hace que pierda elasticidad y firmeza. El colágeno y la elastina, que son proteínas esenciales para mantener la piel joven y tersa, se degradan con el tiempo, lo cual produce la aparición de arrugas y líneas finas.

Fumar, una mala alimentación, así como la exposición excesiva y frecuente al solo también pueden ser factores clave para desencadenar problemas en la piel que, aunque la mayoría de veces solo quedan en lo estético, en casos más graves pueden producir incluso casos de cáncer.

Por fortuna, el desarrollo de la medicina y el conocimiento cada vez más profundo de alimentos y compuestos que se encuentran en los ecosistemas permiten generar soluciones para prevenir el envejecimiento prematuro, los daños y enfermedades en la piel.

Al igual que las cremas y algunas soluciones, las mascarillas son una de las formas más fáciles y efectivas para cuidar de la piel, sobre todo a partir de ingredientes como la avena, un cereal ampliamente consumido y cultivado en todo el mundo.

Avena | Foto: Getty Images

Este producto contiene compuestos que para el caso de la piel actúan como humectantes naturales, ayudando a retener su humedad evitando la sequedad y descamación. Su alto contenido en avenantramidas y otros compuestos que tienen propiedades antiinflamatorias y calmantes, también pueden aliviar la irritación y la inflamación en la piel, especialmente en casos leves, picazones o quemaduras solares.

Los antioxidantes como la vitamina E y polifenoles, también presentes en la avena, ayudan a neutralizar los radicales libres y protegen la piel del daño causado por la exposición al sol y otros factores ambientales eliminando el exceso de grasa y suciedad.

¿Cómo preparar una mascarilla a base de avena para cuidar la piel?

Una receta básica para una mascarilla de avena que es adecuada para la mayoría de los tipos de piel, se puede preparar con dos cucharadas de avena en hojuelas trituradas, una cucharada de miel y dos cucharadas de yogur natural sin azúcar.

Esta mezcla casera puede usarse una o dos veces por semana, y en caso de tener alergias o erupciones cutáneas lo recomendable es realizar una prueba de parche antes de aplicar la mascarilla de forma general en otras zonas.

Instrucciones:

En un tazón se combinan todos los ingredientes, revolviendo bien hasta obtener una pasta homogénea. Antes de aplicar la mascarilla, lo más recomendable es que el rostro esté limpio y libre de maquillaje o suciedad.

Las mascarillas a base de avena traen grandes beneficios para la piel.

Luego de tener tanto la mascarilla como la superficie dispuestas, se extiende una capa uniforme de la mezcla sobre el rostro, evitando el área de los ojos y los labios. Allí se deja actuar entre 15 y 20 minutos para que la avena pueda absorber la grasa y las impurezas, y los ingredientes adicionales pueden aportar sus beneficios a la piel.

Finalmente, después de ese tiempo puede practicarse un sutil masaje para exfoliar suavemente la piel y así proceder a enjuagar completamente con agua tibia, secar y complementar todo el proceso con la aplicación de una crema humectante.