La actividad física tiene importantes beneficios para la mente, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahora bien, para ser más concretos hay ejercicios que mejoran el rendimiento del cerebro, como lo es el yoga, pues según un estudio de Ucla del 2016 publicado en Journal of Alzheimer’s Disease y que fue citado por la Organización sin ánimo de lucro Arrp “las personas de 55 años o más que se inscribieron en un programa de 12 semanas que consistía en una hora semanal de un tipo de yoga meditativo, junto con 12 minutos de meditación en casa, mostraron mejoras considerables tanto en la memoria verbal (la habilidad de recordar listas de palabras) como en la memoria visual espacial (la habilidad de encontrar y recordar lugares)”.
Por ello, es importante señalar que existen muchos tipos o estilos distintos de yoga y Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que algunos de los estilos más populares de yoga son:
- Ashtanga o yoga de poder. Este tipo de yoga ofrece un ejercicio más exigente. En estas clases, la persona se mueve rápidamente de una postura a otra.
- Bikram o yoga caliente. La persona hace una serie de 26 poses en una habitación con una temperatura entre 95°F y 100°F (35°C y 37.8°C). El objetivo es calentar y estirar los músculos, ligamentos y tendones, y purificar el cuerpo a través del sudor.
- Hatha yoga. En ocasiones, este se utiliza como un término general para el yoga. Normalmente incluye tanto respiración como posturas.
- Integral. Un tipo suave de yoga que puede incluir ejercicios de respiración, cánticos y meditación.
- Iyengar. Un estilo que pone mucha atención a la alineación precisa del cuerpo. También puede mantener las posturas por períodos prolongados de tiempo.
- Kundalini. Enfatiza los efectos de la respiración sobre las posturas. El objetivo es liberar la energía de la parte inferior del cuerpo de manera que pueda trasladarse hacia arriba.
- Viniyoga. Este estilo adapta posturas a las necesidades y habilidades de cada persona, y coordina la respiración y las posturas.
Asimismo, la biblioteca explicó que todos los estilos de yoga incluyen tres componentes básicos:
- Respiración. Concentrarse en la respiración es una parte importante del yoga. El maestro puede ofrecer instrucciones sobre ejercicios de respiración durante la clase.
- Posturas. Las posturas, o posiciones, de yoga son una serie de movimientos que ayudan a aumentar la fortaleza, la flexibilidad y el equilibrio. Estas varían en dificultad desde acostarse boca arriba en el suelo a complicadas posturas de equilibrio.
- Meditación. Las clases de yoga usualmente terminan con un período breve de meditación. Esto tranquiliza la mente y ayuda a la relajación.
Entre tanto, Medline Plus puntualizó que la mayoría de las clases de yoga dura de 45 a 90 minutos.
¿Cómo comenzar con el yoga?
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés) revelaron algunas sugerencias que incluyen:
- Comenzar con una clase de yoga adecuada y buscar las clases de nivel principiante, yoga “suave” o para adultos mayores.
- Preguntar sobre el entrenamiento y la experiencia del instructor de yoga que piensa considerar. Sin embargo, si bien la mayoría de los instructores ha tenido algo de capacitación formal, no existe un cuerpo de certificación de yoga objetivo.
- Hablar con el proveedor de salud antes de probar hacer yoga si se está en embarazo, se es mayor o se tiene un problema médico.
- Informar al instructor de yoga sobre las necesidades individuales y cualquier problema médico.
- Realizar esta actividad lentamente para evitar lesiones y evitar las posiciones extremas y la respiración forzada. Es importante escuchar al cuerpo.
De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien explique el tema mencionado.