Las redes sociales fueron un fenómeno que se popularizó con el avance de los teléfonos móviles que permitían conectarse en cualquier lugar a cualquier hora al internet. Más adelante las aplicaciones implementaron el llamado scroll infinito y se comenzó a hablar de algoritmos, posibilidades y tiempos de lectura. Las redes sociales desde ese tiempo no han parado y están dedicadas a capturar la atención de los usuarios. Sin embargo, el uso exagerado de estas herramientas ha generado problemas y sobre todo nuevas afecciones.
Según el portal de Salud de Forbes, ‘Forbes Healt’, una persona promedio pasa cerca de 147 minutos al día en las redes sociales, sobre todo pendientes de qué están haciendo otros, ya sea en fiestas, eventos sociales o vacaciones, todo en tiempo real y documentado para que el mundo lo vea. Esto puede ocasionar que las personas experimenten un síndrome psicológico conocido como FOMO o “fear to missing out”, miedo a perderse algo por sus siglas en inglés.
Los síntomas de esta enfermedad, según el mismo portal son: revisar de forma obsesiva las redes sociales para mirar qué están haciendo otros; experimentar sentimientos negativos cuando compara su vida con la que otros publican en redes sociales; sentirse mentalmente exhausto; sobre agendamiento queriendo estar en todo lado al mismo tiempo, retirarse de los demás; sentirse físicamente cansado; sentirse ansioso, triste o deprimido; dificultades para concentrarse o problemas para dormir.
Un peligro latente
Gary Goldfield, psicólogo que hace parte del grupo de investigación del Hospital de Ontario y del instituto de investigación de Ottawa, Canadá, en su bloc de Psycology Today, indica que el FOMO puede desencadenar baja autoestima, problemas de ansiedad y “hacer que la persona se sienta increíblemente sola”.
“La teoría indica que pasar grandes cantidades de tiempo en las redes sociales hace que el individuo dedique menos tiempo a otras actividades que promueven la salud mental, como dormir, actividad física, actividades recreativas y sociales con amigos y pasatiempos placenteros”, escribió.
El experto sostiene que según un estudio que adelantó con su equipo “un uso reducido de las redes sociales puede conducir a una mayor conexión social y comportamientos positivos de salud mental a medida que las personas se ven obligadas a adaptarse y satisfacer sus necesidades sociales de manera más saludable”.
Para el experto, “las redes sociales tienen muchos beneficios, Nos ayudan a conectarnos con amigos perdidos hace mucho tiempo, planificar nuestra vida social y compartir nuestros éxitos con las personas que nos importan. Pero cuando nuestra vida se convierte en una competencia constante y sentimos que simplemente no estamos a la altura, y cuando sabemos que las redes sociales nos quitan tiempo para dormir y para las actividades sociales y recreativas es hora de evaluarlas”.