La memoria es bastante importante, normalmente es infravalorada cuando uno es joven, creyendo que es estable e infinita, aunque esta comienza a llamar bastante la atención cuando los signos ya son patentes con la edad.
Ante los signos de la perdida de la memoria, existe menos mal ejercicios de prevención que aconseja Richard Restak, neurólogo estadounidense octogenario, quien comparte cuatro tácticas fáciles y asequibles para toda las personas.
Este experto divulga los conocimientos de toda una vida sin dejar de lado las nuevas tecnologías, y la presión que puede esconder, en sus palabras, tras la pérdida de la memoria.
Al llegar a la tercera edad puede comenzar a padecer síntomas puntuales, como pueden ser los olvidos leves que no interfieren en la vida diaria de una persona, ni en las actividades que realiza, por ejemplo, tomarse los medicamentos, usar el teléfono, recodar el camino de vuelta a casa o conducir. Si ese fuera el caso, es importante acudir a consulta médica.
Algunos expertos mencionan que hay ciertas señales que se puede tener en cuenta como síntomas de deterioro cognitivo grave: hacer las mismas preguntas una y otra vez; perderse en lugares conocidos; no poder seguir recetas de cocina; confundirse con el tiempo, las personas o los lugares; y abandonar el autocuidado.
Ante esto, es necesario ejercitar la memoria, puede ser constante en una serie de prácticas sencillas y lo mejor es que estén relacionadas con la vida diaria, así lo indica el profesor Restak.
El déficit de atención puede ser el verdadero problema
Entre los olvidos leves, que pueden ser normales en edades avanzadas, Restak identifica que esto tiene más relación con la falta de atención que un fallo memorístico. Para esto, este neurólogo aconseja que cada vez que se aprenda una nueva información lo asocie con un objeto o fenómeno, de forma que el vínculo memorístico sea más rígido.
Además, menciona que otros sentidos que puede estar provocando esta falta de atención, es la tecnología, pues estos pueden ser responsables de la distracción, siendo así el enemigo de la memoria. La influencia a la falta de atención es directamente proporcional a los primeros olvidos leves que pueden aquejar a las personas.
Ejercicios diarios de memoria: la lista de la compra
Una de las mejores formas y más sencillas para cuidar la memoria, de acuerdo a Restak, es empezar con gestos cotidianos, ya sea la lista de la compra o una receta de cocina. También de memorizarlas y practicarlas diariamente, de forma que ayude a retener ese conocimiento. A su vez, aconsejar conducir sin GPS.
Adicionalmente, se recomienda en practicar todo tipo de juegos, desde los más sencillos a los más complejos, con esto puede ayudar a ejercitar la capacidad memorística. El experto destaca la importancia de mantener el hábito de literatura a esas edades, ya que obliga a un compromiso con el texto en recordar personajes, narrativas y entre otros, que puede ser de gran ayuda.