La obesidad es un trastorno que se presenta en las personas de diferentes partes del mundo, aunque en algunos más que en otros. Y es que según datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, este problema de salud pública se ha triplicado desde 1975, entretanto, Estados Unidos es quien lidera el ranking mundial de países con mayor número de población con obesidad, pues de acuerdo con Statista, en 2022 más de 77 millones de estadounidenses eran considerados obesos, después de ese país americano le sigue China e India.
Por esa razón, hay muchos científicos que se encargan de estudiar cuáles son sus causantes. Justamente, esta semana se publicó un descubrimiento científico sobre la obesidad, en ese estudio, dirigido por el médico Richard Johnson del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado y publicada en Obesity, sugiere que la fructosa es una de las principales culpables de impulsar el metabolismo humano hacia la obesidad.
De esa manera, el estudio sugiere, principalmente, que la mejor manera de perder peso es reduciendo la ingesta no solo de azúcares o carbohidratos, sino de ambos juntos.
“Aunque prácticamente todas las hipótesis reconocen la importancia de reducir los alimentos ultraprocesados y ‘chatarra’, aún no está claro si la atención debería centrarse en reducir la ingesta de azúcar, o de carbohidratos de alto índice glucémico, o de grasas, o de grasas poliinsaturadas o simplemente aumentar la ingesta de proteínas”, es lo que manifiestan los investigadores en esa investigación.
Al examinar todos los elementos vinculados a la obesidad, los investigadores de dicho estudio descubrieron que el proceso de metabolización de la fructosa en el cuerpo provoca una disminución en el trifosfato de adenosina (ATP), el cual es el responsable de proporcionar energía para los procesos celulares del organismo. Eso quiere decir que cuando sus niveles caen, el cuerpo demanda combustible y las personas sienten hambre.
“La fructosa es lo que hace que nuestro metabolismo entre en modo de bajo consumo y pierda el control del apetito, pero los alimentos grasos se convierten en la principal fuente de calorías que impulsan el aumento de peso”, es lo que asegura Richard Johnson, quien dirigió la investigación. Con lo anterior, se podría afirmar que la fructosa engaña de cierta forma al organismo, pues presenta un falso estado de baja energía al reducir el ATP en las células del cuerpo, incluso cuando hay mucha energía disponible en forma de grasa almacenada. La sustancia impide que el organismo aproveche esa energía.
De acuerdo con el portal Bussines Insider, esto es “un mecanismo de base evolutiva que ayuda a los animales a almacenar grasa mientras todavía hay comida disponible, antes de la escasez esperada. En contextos como la hibernación de especies como los osos, es bueno, ya que permite conservar las reservas de grasa intactas y contribuir a la supervivencia a corto plazo”. Sin embargo, es necesario destacar que en las personas, el consumo de alimentos y bebidas azucarados es el camino hacia un exceso nocivo para la salud.