La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura publicó un informe sobre la importancia de los alimentos de origen animal para tener una dieta saludable. Para la nutrición y la salud, en general, es clave el consumo de algunos productos que aportan nutrientes esenciales que no pueden obtenerse de la misma forma con alimentos de origen vegetal.
De acuerdo con el estudio, la carne, los huevos y la leche son especialmente importantes en varias etapas de la vida como la infancia y la adolescencia, el embarazo y la lactancia y la tercera edad. Para elaborar este completo análisis sobre los beneficios y riesgos del consumo de los alimentos de origen animal, se consultaron más de 500 artículos científicos.
Entre otras cosas, la FAO concluyó que los alimentos mencionados son fuente de nutrientes importantes como proteínas, grasas e hidratos de carbono que, según los expertos, “no se obtienen fácilmente de alimentos de origen vegetal en la calidad y cantidad necesarias”.
Los alimentos de origen animal proporcionan al cuerpo diversos ácidos grasos esenciales, hierro, calcio, zinc, selenio, vitamina A, vitamina B12, colina y compuestos bioactivos como carnitina, creatina y taurina, por lo que desempeñan una función importante para la salud y el desarrollo.
Carencias por la falta de nutrientes esenciales
Datos de la FAO indican que uno de cada dos niños en edad preescolar carece de uno de estos nutrientes: hierro, vitamina A o zinc. Tres cuartas partes de ellos viven en Asia meridional, oriental, el Pacífico y el África subsahariana.
En ese sentido, es posible encontrar correlaciones entre la falta de nutrientes esenciales y el consumo de alimentos de origen animal terrestre (incluidos leche, huevos y carne), que puede variar de un país a otro.
En la República Democrática del Congo, África, por ejemplo, el consumo medio anual de leche es de solo 160 gramos por habitante, mientras que en Montenegro, Europa, asciende a 338 kilogramos. Un habitante de Sudán del Sur consume 2 gramos de huevos de media al año y en Burundi el consumo medio anual de carne es de solo 3 kilos por habitante, frente a los 136 en Hong Kong.
Los riesgos del consumo de alimentos de origen animal
En lo que respecta a los riesgos derivados del consumo de alimentos de origen animal, el estudio de la FAO indica que el consumo de carne roja procesada, incluso en cantidades bajas, puede aumentar el riesgo de mortalidad y enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer colorrectal.
Sin embargo, el consumo de carne roja no procesada en cantidades moderadas (entre 9 y 71 g al día) puede entrañar un riesgo mínimo.
Mientras tanto, no hay evidencias concluyentes de la relación entre el consumo de leche en adultos sanos y enfermedades como las cardiopatías coronarias, los accidentes cerebrovasculares y la hipertensión. Tampoco existen evidencias significativas de una relación entre el consumo de huevos y aves de corral y dichas enfermedades.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
La Organización destaca que el consumo de estas proteínas como parte de una dieta balanceada, puede conducir a alcanzar las metas de nutrición aprobadas por la Asamblea Mundial de la Salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Se destacan objetivos como la reducción del retraso del crecimiento, el bajo peso al nacer y la emaciación, una forma de malnutrición potencialmente mortal que provoca delgadez y debilidad extremas) en niños menores de cinco años.
En la lista de objetivos también figuran la anemia en mujeres en edad reproductiva y la obesidad y las enfermedades no transmisibles en adultos.