Los remedios naturales se han convertido en alternativas comunes para las personas, debido a que no son invasivas para el organismo, contrario a algunos medicamentos farmacéuticos que, en ocasiones, generan reacciones adversas o simplemente no curan las dolencias para las cuales son ingeridos.
En ese escenario aparece la planta isabelita, con nombre científico catharantus roseus, la cual ha destacado por sus propiedades purgativas, depurativas, hipotensoras y anticancerígenas. En efecto, esta planta ayuda a combatir la diabetes y el cáncer.
Aunque es originaria de la isla de Madagascar, en la África suroriental, ya ha sido llevada a muchas otras partes del mundo y naturalizada en estos, ya que pueden crecer tanto en ambientes cálidos como templados.
Al estar tan extendida en el mundo, ha recibido una gran cantidad de nombres con los que puede ser encontrada, entre ellos: teresita, dominica de Cuba, flor del príncipe, yerba doncella de Java, cortejo, chocolata, vicaria, vinca, ninfa, hierba doncella, margarita, chula, primorosa, pervinca de Madagascar, vinca de Madagascar, entre otros.
Puede presentarse como una herbácea o un subarbusto, con alturas de hasta un metro. Sus partes altas son buenas para la diabetes y sus hojas se utilizan como anorexiantes, es decir, que inhibe el apetito o estimula la saciedad para ser clave en el tratamiento de la obesidad, explica la Clínica Universidad de Navarra.
En lo medicinal, la catharantus roseus tiene compuestos como la vincristina y vinblastina, los cuales son los que atacan el desarrollo cancerígeno. La explicación científica al respecto es que pueden interrumpir el proceso de mitosis de las células cancerosas cuando se unen a la tubulinas.
En resumen, tienen la capacidad para evitar la multiplicación (o reproducción) celular de las células que llevan el cáncer, llevándolas a la apoptosis, o la muerte programada de estas.
Estos elementos, por sus capacidades curativas, ya han sido utilizados por las empresas farmacéuticas en la fabricación de diversos fármacos y, de hecho, consumir cualquier parte de la planta de forma podría ser perjudicial si no se realiza con supervisión o bajo el asentimiento médico.
Aun así, no se garantiza que esto cure la enfermedad, en especial por las particularidades que tiene el cáncer en cada paciente y la recepción de su organismo ante esta planta.
Los dos citados compuestos son famosos para el tratamiento de diversas patologías. Por ejemplo, la vincristina es utilizada en casos de leucemia linfoblástica aguda, linfoma de Hodgkin, linfoma no Hodgkin y rabdomiosarcoma. Por su parte, la vinblastina sirve para tratar el cáncer de mama, cáncer de vejiga y la enfermedad de Hodgkin.