Cuanto menor es la diferencia de edad entre una pareja, mayor es la probabilidad de sobrevivir en el tiempo”, asegura un estudio de la Universidad de Emory de Atlanta, en Estados Unidos.
Este apunta que la diferencia de un año es la ideal, porque la investigación demostró que el porcentaje de rupturas entre parejas que se llevan 5 años es de un 18 %.
Dicha cifra aumenta a un 39 % cuando la diferencia es de 10 años y cuando se llevan 20 años, las cifras subían vertiginosamente hasta un 95 %. Mientras que las parejas que sólo se llevan un año de edad tienen un riesgo tan solo de un 3 % de acabar divorciándose, según el análisis de la universidad.
Andrew Francis, Hugo Mialon y Randal Olsen, profesores líderes del estudio, el cual se realizó entre tres mil estadounidenses que en algún momento habían estado casados, concluyeron que las parejas que más divorcios produjeron fueron las que tenían mayor diferencia de edad.
En sus conclusiones, el estudio deja claro que en el éxito o en el fracaso de una pareja, además de la diferencia de edad, influyen otros factores para que una relación perdure o se fracture. Esto depende de cada relación y no se puede garantizar que la edad de los miembros de una relación haga que esta dure más o menos tiempo. El amor es determinante.
Para la psicóloga clínica Paula Dávila, las conclusiones del estudio tienen “todo el sentido del mundo, porque la edad cronológica, de alguna manera, marca las etapas existenciales, cada una tiene unos procesos de madurez, unos logros, unos objetivos, unos intereses, unas actividades. Y eso hace que cuando me encuentre con alguien que está más o menos paralelo a mí en ese mismo tipo de objetivos, metas, tareas, procesos, nos podemos acompañar y es más fácil que yo entienda el proceso del otro e incluso que hagamos la función de pares, o acompañantes de procesos de crecimiento. Por eso, podemos coincidir más fácilmente, tenemos más posibilidades de apoyar al otro, entenderlo y de compartir con este, dichos procesos”.
Dice Dávila, que en cambio, cuando se tiene una diferencia de edad más grande, “el más adulto ya ha quemado las etapas y se requiere de un componente alto de madurez, de compromiso con la relación, de amor sano, para permitir que el otro haga, queme y viva sus procesos en sus tiempos y en su momento”.
Lo que normalmente ocurre, asegura la experta, es que “trato de apresurar el proceso del otro y pretender que tenga la madurez que yo tengo y que se acople a mis ritmos, a mis necesidades, a mi momento existencial, cuando el otro tiene otras tareas pendientes por elaborar, y un nivel de madurez, por supuesto, inferior”.
Pasa además, “algunas actividades para determinada época de la vida son prioridad, pero para el otro —que está en otra etapa—, dejan de serlo. El cómo me siento frente al mundo y los otros, varía mucho de acuerdo a mi nivel de madurez, las expectativas se aterrizan de acuerdo a mi estado existencial y ahí hay un ejercicio de mucho entendimiento, comprensión y solidaridad con el que le faltan etapas por vivir”.
Da fe la psicóloga de matrimonios con diferencias de edad muy grandes que son muy exitosos, “pero eso se debe a que quien tiene mayor edad entiende, se acopla y permite que el que tiene menos edad, viva, queme sus etapas y haga su proceso de acuerdo a lo que va surgiendo. O que la persona con menos edad —que no es un escenario tan sano—, que sacrifica o deja de quemar etapas y procesos, por mantenerse al ritmo, al nivel y con el estilo de vida de su pareja que es mayor”.
Para la sexóloga Flavia Dos Santos, “hay personas que coinciden en su misión de vida y valores. La edad, así como el tiempo, es algo creado por nosotros y si nos dejamos esclavizar por una invención que creamos, lo que hacemos es disminuir nuestra capacidad de invención o nuestra creatividad”. Y agrega que lo que interesa en una relación es: “la coincidencia de valores, proyectos de vida y en querer construir. Puedes tener una pareja de la misma edad y cada una estar en una etapa distinta de la vida. La belleza de lo humano es la complejidad, la individualidad, lo que cada uno es y construye para su vida, independientemente de la edad”.
Consejos
“En la medida en que yo tenga un vínculo sano es que te permita ser y hacer. Ser implica que estés haciendo tus procesos, que tengas tu propio proyecto individual, tus procesos de maduración de acuerdo a tu historia, a tu entorno, a lo que deseas hacer con tu vida al final. Y que te permita tener las actividades que para ti son importantes, realizar esas cosas que quieres experimentar y vivir”, dice la psicóloga Paula Dávila.
Y agrega: “ese amor sano hará que la pareja, pese a la diferencia de edades, pueda coincidir y encontrarse en lo que les gusta, los une y motiva, sin limitarles vivir, realizarse, formarse, quemar las etapas que deben quemar, tomar determinaciones y seguir teniendo el control de su vida y proyecto personal. Deben tener negociaciones que les permitan sentirse plenos y compartirse con el otro, en una relación buena y duradera en el tiempo”