El miedo a envejecer y morir es un hecho para la mayoría de los seres humanos que recurren a cientos de tratamientos (botox, rejuvenecimientos, rellenos) para no verse viejos.
Pero, ¿es posible retrasar la vejez o incluso lograr la inmortalidad?
El biólogo molecular Venki Ramakrishnan (Chidambaram, India, 1952) quien en 2009, junto a Thomas A. Steitz y Ada E. Yonath, Ramakrishnan recibió el Premio Nobel de Química por sus investigaciones acerca de los ribosomas, la estructura de la célula encargada de producir proteínas, que son las moléculas que hacen posible la vida de todos los organismos, responde algunas de estas preguntas.
Según explica una de las principales causas del envejecimiento es la acumulación de daños en los genes de nuestro ADN.
La información más valiosa que llevan los genes es cómo producir proteínas.
A nivel celular, las proteínas cargan miles de reacciones químicas que hacen posible la vida. Le dan forma y fuerza al cuerpo, pero también permiten la comunicación entre células.
Gracias a ellas existen los sentidos y el sistema nervioso depende de ellas para transmitir las señales y almacenar la memoria.
Por lo tanto, el envejecimiento tiene mucho que ver con la pérdida de capacidad del cuerpo de regular la producción y la destrucción de proteínas en las células.
Se puede ver como una acumulación de daños químicos en las moléculas, en las células, en los tejidos y, finalmente, en todo el cuerpo.
Es un proceso gradual, desde el momento en que se nace. Incluso antes, ya se está envejeciendo, pero a edad temprana no se siente porque apenas se está creciendo y desarrollando.
Luego, con el paso de los años, los síntomas se vuelven más obvios y cuando los sistemas críticos comienzan a fallar, el cuerpo no puede funcionar como un todo unificado…Y eso es lo que lleva a la muerte.
Lo interesante de la muerte es que cuando se muere, la mayoría de nuestras células siguen vivas, -por eso los órganos pueden ser donados-, pero ya no son capaces de funcionar como un todo; eso es la muerte.
Pero ¿por qué envejecemos y morimos?
Porque a la evolución no le importamos como individuos.
La evolución se trata básicamente de la capacidad de transmitir los genes. Y esos genes no residen en el vacío, residen en un individuo.
Así que siempre y cuando sea capaz de crecer, procrear y asegurar que su descendencia alcance su propia edad reproductiva, a la evolución no le importa lo que le pase después, porque ya transmitiste tus genes.
Por ejemplo, en una especie que vive en alto riesgo de ser devorada por un depredador, no tiene sentido que su organismo evolucione para vivir muchos años, porque es muy probable que lo devoren en cualquier momento.
En los mamíferos, las especies más grandes tienden a tener un ciclo de vida más largo que las más pequeñas.
En esto, sin embargo, hay una curiosa excepción: los ratones y los murciélagos pesan casi lo mismo, pero los murciélagos tienen un ciclo de vida mucho largo que los ratones.
Porque pueden volar; entonces, son menos vulnerables a los depredadores.
En los últimos 150 años se ha duplicado la esperanza de vida de los humanos. Hoy vivimos más tiempo porque la salud y la atención médica de los seres humanos han mejorado.
Con los conocimientos actuales, 120 años es lo máximo que razonablemente se podría vivir, es poco probable que vivamos más allá de esa edad.
Lo curioso es que, por ejemplo, Tom Perls, un científico que estudia la longevidad en Boston, EE.UU., ha observado que aunque aumenten las personas que llegan a los 100, no crece el número de quienes llegan a los 110.
Su sensación es que más allá de los 110 años, nos enfrentamos a límites biológicos naturales.
Sí, hay gente que gracias a una combinación de factores genéticos y su estilo de vida viven más de 110 años, pero esa cantidad de gente no está aumentando.
También se han hecho cálculos que muestran que incluso si logra eliminar enfermedades como el cáncer, solo aumentaría la expectativa de vida promedio unos pocos años.
Ahora, si de alguna manera se lograra tratar las causas del envejecimiento, quizás se pueda exceder ese límite.
Otros señalan que el envejecimiento es algo que les sucede a todos. Entonces, ¿cómo se puede llamar enfermedad a algo que es inevitable y universal?
Lo que sí hay es mucha presión para que el envejecimiento se considere una enfermedad, porque hay mucho dinero invertido en investigaciones relacionadas con él.
Para hacer estudios clínicos y obtener la aprobación de las autoridades se necesita que exista una enfermedad.
El científico aseguró que no está tan seguro realmente de qué tan avanzados están, pero hay varios enfoques que tratan de amainar el envejecimiento.
Por ejemplo, investigadores se han dado cuenta de que restringir las calorías a menudo ayuda a ralentizar el envejecimiento, con la salvedad de que hacerlo a edades más tempranas puede causar problemas.
Entonces están viendo si logran crear una droga que tenga un efecto similar a la restricción calórica.
“Yo digo en broma que es como si pudieras comerte una torta con helado sin preocuparte por las calorías, porque te tomas una pastilla y listo. Es lo que mucha gente desearía”, dice Venki.
Otro campo interesante es la parabiosis, en el que trasfundes sangre de un animal joven a uno más viejo.
Ahí lo que ocurre es que el animal que recibe la sangre se rejuvenece en varios aspectos, lo que quiere decir que hay factores en la sangre que son responsables del envejecimiento, y hay estudios para identificarlos.
También hay un enfoque relacionado con la senescencia, que es el estado en que las células dejan de funcionar normalmente y dejan de dividirse.
“Con la edad acumulamos más células senescentes, y la inflamación que producen como señal de que algo no está bien, es una causa adicional de envejecimiento”, sostuvo.
Y está el área, muy interesante, de la reprogramación celular, que consiste en llevar una célula a su estado inicial, revirtiendo los cambios que hayan ocurrido en ella.
Por supuesto, ese proceso es riesgoso porque a menudo puede causar crecimientos cancerosos.
“Estamos lejos de que se pueda aplicar en humanos, pero se han realizado experimentos en animales que muestran resultados prometedores”.
Hay mucho esfuerzo y mucho dinero en ciencia y tecnología que apunta a retrasar el envejecimiento, pero en su libro deja claro que hay otras maneras de mantenerse sano que están mucho más a nuestro alcance…
“Comer bien, dormir bien y hacer ejercicio, actualmente, son más efectivos que cualquier medicina anti edad que haya en el mercado”.
Y agregó: “No cuestan nada ni tienen efectos secundarios, y tienen una sólida base biológica contra el envejecimiento”.