De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la psoriasis es considerada una enfermedad crónica, no contagiosa y desfigurante para la cual no hay cura. Esta misma entidad asegura que esta enfermedad afecta a más de 125 millones de personas en todo el mundo.

Manuel Darío Franco, médico dermatólogo, explica que la psoriasis consiste en la aparición de placas inflamatorias de gran tamaño en zonas de flexión como codos o rodillas, principalmente.

Esta enfermedad inflamatoria, según afirma el especialista, a medida que va avanzando puede afectar otros órganos del cuerpo como lo son las articulaciones, generando así la artritis psoriásica, que se presenta en pacientes diagnosticados con psoriasis severa.

“La artritis psoriásica consiste en la afectación de toda la estructura articular como tendones, ligamentos e incluso, en algunas ocasiones la columna vertebral. En los lugares donde suele presentarse es en las extremidades, es decir, los pies y las manos, trayendo consigo dolor e inflamación en las rodillas, tobillos o en las muñecas.

Si no se trata de una forma adecuada puede producir limitaciones para la actividad física, dolor y disminución en la capacidad funcional de la persona. Además, si se deja progresar, puede dañar las articulaciones, lo que produce una mayor discapacidad para el paciente”, asegura Álvaro Arbeláez Cortés, médico reumatólogo.

Hay factores determinantes que pueden provocar que la enfermedad progrese y se agudice a medida que pasa el tiempo. Según el dermatólogo, el estrés, el estilo de vida no saludable, dietas inflamatorias, consumo de carbohidratos, grasas saturadas, ingerir mucho dulce y tomar alcohol son algunos elementos que empeoran la enfermedad.

La página web ‘acción psoriasis’ expone que la dieta que deben seguir estos pacientes debe ser rica en frutas y vegetales, disminuir el consumo de carne y lácteos, asegurar el consumo de pescado, consumir dos puñados de frutos secos crudos al día, usar en lo posible aceite de oliva en todas las comidas, consumir todos los alimentos procedentes de un cereal en su forma integral, como arroz integral, pasta integral, pan y derivados de las harinas integrales y una ingesta de líquidos superior a los dos litros.

¿Quiénes pueden padecerlo?
Franco asegura que este problema no tiene predilección de género, es decir, le da por igual a hombres y a mujeres; además, se presentan dos picos en esta enfermedad, uno de estos es el que se manifiesta desde la niñez y el otro es después de los 40 o 50 años.

“La enfermedad es 100 % con influencia genética, es decir, debe haber una predisposición de genes familiares para que se pueda presentar. No quiere decir que sea hereditaria, que si mis papás tienen psoriasis yo voy a tenerla, pero sí hay una tendencia familiar a que se pueda presentar, entonces cuando tienes una tendencia genética y aparte de esto hay factores ambientales disparadores ahí es cuando se empieza a agudizar”, afirma Franco.

Etapas de la enfermedad
Para poder identificar el nivel de la enfermedad se presenta una clasificación de severidad, y de acuerdo a la extensión y el compromiso de las placas en la piel se puede catalogar en leve, moderada o severa.
Según Manuel Franco, en la etapa leve el índice de severidad de clinimetría da en menos de 5, es decir, no comprometen más del 5% de la parte corporal y con cremas es suficiente el tratamiento para que las placas desaparezcan.

En la fase moderada no hay compromiso mayor al 10 % de la piel y son lesiones que no son tan extensas, pero que ya necesitan un tratamiento no solo con cremas sino con pastillas o fototerapia para lograr una mejoría. Este tipo de psoriasis es la que más fácilmente progresa a severa.

Por último se presenta la etapa severa y es cuando el paciente tiene un índice de clinimetría mayor de 10, es decir, hay más del 10 % de la superficie corporal comprometida con placas muy rojas, infiltradas y que escaman mucho.
Agrega que el máximo estado de la enfermedad es cuando un paciente tiene más del 90 % de la superficie de la piel comprometida y las lesiones están muy enrojecidas. Esta etapa se conoce como psoriasis eritrodérmica y es una urgencia dermatológica ya que tiene que ser intervenido el paciente prontamente porque. de lo contrario, podría tener complicaciones severas.

Tratamientos
Franco expone que para las personas que presentan psoriasis moderada o severa y no han respondido satisfactoriamente a las terapias convencionales existen dos modalidades de tratamiento que ayudan considerablemente al mejoramiento de la enfermedad: la primera es la fototerapia, que se basa en tener al paciente de pie en una cámara de radiación ultravioleta con tubos especiales que emiten este tipo de energía y logran que se disminuya la inflamación cutánea y el problema en la piel.

La segunda se conoce como terapia biológica, que consiste en inyectar medicamentos creados mediante técnicas de biología molecular con el fin de que estos bloqueen la inflamación que se está presentando y se logre el aclaramiento completo de la piel.

Afectación en la calidad de vida
De acuerdo a Luisa Pardo, docente de psicología de la Fundación Universitaria Areandina, el hecho que una persona tenga que aceptar un diagnóstico, cambiar su estilo de vida, no poder exponerse al sol o a ciertos climas en particular, deba cambiar su ropa y tener la piel rugosa puede generar afectaciones en su autoestima porque cambia drásticamente su forma de vida.

La psicóloga agrega que estos pacientes pueden tener episodios de culpa, rabia, pensamientos relacionados al rechazo de la sociedad hacia ellos, que no serán vistos de la misma manera, no los aceptarán igual, piensan que no son atractivos y todos estos elementos provocarán que la persona restrinja sus interacciones sociales.

“La calidad de vida se ve afectada ya que son pacientes que tienen un estigma social porque las lesiones de esta enfermedad son muy notorias, por ende son pacientes que no pueden tener una calidad de vida normal porque no pueden disfrutar de lo que las personas normalmente hacemos, se ven cohibidos para ir a una piscina, a una playa, todo el día se están rascando, tienen que vestirse de acuerdo a su enfermedad y no a lo que les gusta porque hay ropa que hace que se les note más esto.

Afecta mucho la calidad de vida y realmente ha llevado y se ha asociado con problemas psiquiátricos de depresión o aislamiento social en pacientes que tienen una enfermedad severa”, asegura Manuel Darío Franco, médico dermatólogo.

Recomendaciones
“Dentro de ese tipo de enfermedades la persona debe ser paciente. Es importante que tenga adherencia al tratamiento, es decir, que no lo abandone porque todo lo que ha avanzado puede retroceder y puede ser más grande la afectación. Debe contar con la ayuda de un profesional tanto en el ámbito médico como psicológico, para ayudarle con el tema del sueño, alimentación, interacción sexual, ayudar a tener relaciones con otras personas, porque muchos se quedan encerrados en la casa y no quieren exponerse, entonces cada vez se ven más afectadas todas las áreas del individuo como el campo laboral, familiar, sentimental.

El paciente debe tener técnicas de respiración, relajación y yoga para así poder manejar el estrés”, recomienda Luisa Pardo, docente de psicología de la Fundación Universitaria Areandina.

El médico dermatólogo aconseja llevar un estilo de vida saludable, una buena dieta, alimentarse de forma adecuada, evitar el consumo de carbohidratos complejos o comidas grasas, practicar ejercicio, tener un buen peso y buscar ayuda para poder llevar la enfermedad de la mejor manera.

Estadísticas en Colombia
Según el médico dermatólogo Manuel Darío Franco, las estadísticas en Colombia indican que es una enfermedad que puede sufrir el 3% de la población, es decir, más de millón y medio de personas, y teniendo en cuenta que hasta el 30 % de personas que tienen psoriasis en Colombia son diagnosticadas con una enfermedad severa, este porcentaje es el equivalente a 400.000 personas, de las cuales, gran cantidad no están siendo tratadas.