La cúrcuma, una planta con flores de la familia del jengibre, se ha hecho reconocida por sus propiedades medicinales.
Lo anterior debido a que contiene curcumina, un pigmento. Se trata de un polifenol, una sustancia que se encuentra en muchas plantas y le da su color a algunas flores, frutas y vegetales, con el que no solo se obtiene esos beneficios, sino que contribuye a aumentar la cantidad de antioxidantes que produce el organismo.
Así mismo, ayuda a la reducción de los marcadores de la inflamación. En este caso, bloquea uno de los factores metabólicos que causan inflamaciones y genera efectos positivos en el tratamiento de enfermedades como la osteoartritis, que es una patología asociada a la inflamación, que degrada el cartílago de las articulaciones debido principalmente al envejecimiento o el sobrepeso.
Incluso, estudios han permitido determinar que también tiene efectos beneficiosos en personas sin ninguna dolencia diagnosticada, a manera de prevención, teniendo en cuenta que las inflamaciones pueden llevar al desarrollo de enfermedades como Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia o cáncer.
Asimismo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde indicó que “esta planta medicinal ayuda a disminuir los niveles de glucosa en la sangre y mejora el funcionamiento de las células del páncreas, el órgano encargado de secretar la hormona insulina, cuya función es nivelar los valores de glucosa en la sangre. Es por eso, que la cúrcuma es una buena opción terapéutica para usar en las personas que tienen resistencia a la insulina o diabetes tipo 2, además de prevenir estas situaciones”.
Ahora bien, respecto al consumo, el portal portugués puntualizó que la parte más utilizada de la cúrcuma es el polvo que proviene de su raíz para aderezar las comidas. Sin embargo, sus hojas también pueden ser utilizadas en la preparación de algunos tés.
Así las cosas, Tua Saúde reveló que las diferentes formas de consumir la cúrcuma son:
Té de cúrcuma: colocar una cucharadita de polvo de cúrcuma en 150 ml de agua hirviendo y dejar reposar durante unos 10 a 15 minutos. Después se debe dejar que esté tibio y se debe tomar hasta tres tazas al día entre las comidas.
Cápsulas de cúrcuma: por lo general, la dosis recomendada es de dos cápsulas de 250 mg cada 12 horas, totalizando un gramo por día. Sin embargo, la dosis puede variar de acuerdo con el problema a tratar.
Además, para mejorar la absorción de antioxidantes de la raíz, la cúrcuma puede consumirse con aceites, como aceite de oliva, de coco o aguacate, por ejemplo, de acuerdo con el portal portugués.
Sin embargo, pese a que la cúrcuma tiene varios beneficios, esta no debe consumirse por todas las personas, según Tua Saúde, ya que “la cúrcuma está contraindicada en personas que estén tomando medicamentos anticoagulantes y en individuos que tengan obstrucción de las vías biliares por piedras en la vesícula”.