Una película lagrimal sana en el ojo es necesaria para una buena visión. En otras palabras, las lágrimas son necesarias para humectar los ojos, pero también para eliminar las partículas externas que puedan alcanzar los ojos.
De acuerdo con el portal MedLine Plus, cuando el ojo es incapaz de conservar una capa saludable de lágrimas se habla del síndrome del ojo seco, una afección que se vuelve común con el paso de los años, pues los cambios hormonales pueden afectar la cantidad de lágrimas de el ojo produce.
Sin embargo, la edad no es el único factor por el que se presenta resequedad en los ojos. Un ambiente o sitio de trabajo seco (con viento o aire acondicionado), la exposición al sol, el tabaquismo o ser fumador pasivo también pueden alterar la cantidad de lágrimas que produce el ojo. Lo mismo puede ocurrir con los medicamentos para el resfriado o las alergias y el uso de lentes de contacto.
En otros casos, el síndrome del ojo seco puede ser causado por calor o quemaduras químicas, cirugía previa en el ojo, el uso de gotas para los ojos por otras enfermedades oculares y el síndrome de Sjögren, un trastorno autoinmunitario poco común que destruye las glándulas encargadas de producir lágrimas.
Los síntomas de la resequedad en los ojos pueden incluir visión borrosa, ardor, picazón o enrojecimiento en el ojo, sensación arenosa o abrasiva en los ojos y sensibilidad a la luz.
No obstante, para poder determinar si alguien tiene este tipo de afección pueden ser necesarios varios exámenes médicos, según menciona en su portal web la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos:
- Medición de la agudeza visual.
- Examen con lámpara de hendidura.
- Tinción de diagnóstico de la córnea y la película lagrimal.
- Medición del tiempo de ruptura de la película lagrimal (TRL).
- Medición de la tasa de producción de lágrimas (prueba de Schirmer).
- Medición de la concentración de las lágrimas (osmolalidad).
Los expertos en salud señalan que hay ciertos casos en los que es fundamental consultar un profesional. Tenga en cuenta estos síntomas:
- Dolor o enrojecimiento en los ojos.
- Descamación, secreción o una llaga en el ojo o el párpado.
- Lesión en el ojo o párpado caído.
- Dolor, inflamación o rigidez articular y resequedad en la boca, junto con los síntomas del síndrome del ojo seco.