La correcta alimentación de las mascotas del hogar es una parte fundamental para garantizar su salud, ya que la poca o nula ingesta de estos nutrientes puede provocar graves desenlaces. En el caso de los gatos, pasar varios días sin comer incrementa el riesgo de que desarrollen lipidosis hepática, una enfermedad con un porcentaje muy elevado de mortalidad.
Por ello, es vital tomar acciones a tiempo, pero también, se hace necesario identificar la causa de la falta de apetito de los felinos para así prevenir la aparición de enfermedades.
A continuación, el equipo de veterinarios de Nutro explica algunos de los motivos que pueden ocasionarla.
No les gusta la comida. Si recientemente cambió la comida de su felino, es probable que esta sea una de las causas de su inapetencia. De acuerdo con los expertos, los gatos suelen ser animales exigentes a la hora de comer, además de ser considerados neofóbicos cuando de alimentación se trata. Es decir, que no son muy dados a probar nuevos alimentos e ingredientes.
“Debemos recordar que los gatos son lo que, en biología, se denomina carnívoros estrictos, así que suelen rechazar aquellos alimentos que no sean cárnicos o estén compuestos esencialmente a base de proteína animal”, explican en el portal especializado.
El plato está mal ubicado. Los gatos también son conocidos por ser animales muy sensibles. En ese sentido, el apetito puede verse afectado si el plato está ubicado de una manera que no les guste. Por ejemplo, un gato que no quiere comer puede estar diciéndonos que no le gusta que su plato esté junto al arenero (en el medio natural, los gatos nunca comen cerca del lugar donde dejan sus deposiciones) o junto a la lavadora (algunos gatos se asustan del sonido del centrifugado).
Estrés. Cuando un felino sufre de estrés, “su apetito se reduce y su salud puede verse afectada”. Para determinar si la falta de apetito se debe a este factor, se recomienda que analice si ha implementado un cambio brusco en la rutina como cambio de horarios laborales, la llegada de un bebe, visita de huéspedes, etc.
Bolas de pelo en el estómago. Algunos gatos tienen tendencia a acumular bolas de pelo en su aparato digestivo. En estos casos, las bolas de pelo a veces pueden ocluir parte de este aparato y provocar la pérdida de apetito por parte del gato.
¿Qué hacer cuando un gato no quiere comer?
En caso de que su gato presente cambios en su apetito, Nutro realiza las siguientes recomendaciones:
- Acuda al veterinario. Este es el primer consejo y probablemente el más valioso es el de buscar ayuda profesional, ya que, en varias ocasiones, el ayuno prolongado en los felinos puede causar la muerte del animal y solo estos pueden detectar cualquier problema orgánico. ”Más de 24 horas de ayuno en un gato son motivo de consulta urgente con el veterinario”, destacan.
- Sirva la comida tibia. Para incentivar que el felino coma regularmente, expertos recomiendan servir el concentrado tibio en lugar de frío. Esto se debe a que los gatos todavía tienen comportamientos propios de sus parientes salvajes, los cuales cazan sus propias presas. En ese sentido, esta práctica simula la temperatura de un corporal de cualquier animal vivo, lo que podría estimular el apetito y mejorar la palatabilidad del alimento.
- Mezcla la comida seca con comida de lata o comida casera. Una forma eficaz de llamar la atención de los gatos, es ofreciéndoles comida más apetitosa. Para esto, se recomienda mezclar el concentrado con comida de lata que, por su consistencia jugosa, puede incentivarlos a comer. También se puede mezclar con comida casera, sin embargo, primero debe asesorarse con un profesional si los ingredientes son aptos para su aparato digestivo.
- Coloque varios comederos con pequeñas cantidades de comida en distintos lugares de la casa. Como se mencionó anteriormente, los gatos suelen ser muy sensibles. Por eso, es probable que no le gusta la ubicación actual de su comedero. Por ello, los expertos aconsejan colocar varios platos de comida en distintas localizaciones y ver si, de esta forma, se estimula el apetito del felino. “Es posible que un día sufriera una mala experiencia que provocara un cambio repentino en sus hábitos alimenticios: puede que oyera un ruido fuerte que lo asustara mientras comía, por ejemplo, y ahora asocie el lugar a una zona de riesgo”, destacan en Nutro.