En la búsqueda continua de un estilo de vida saludable, uno de los temas que ha suscitado debate es si es más beneficioso tomar agua fría o al clima. Existen diferentes puntos de vista y opiniones sobre este tema, incluyendo por parte de expertos en la práctica deportiva y la salud.
Nalgene, una reconocida organización especializada en botellas y recipientes para líquidos, publicó un artículo en el que se analizan los beneficios y desventajas del agua fría, pensando su consumo en cualquier momento del día.
Entre los argumentos a favor, algunos expertos sugieren que beber agua fría después de hacer deporte, o en algún momento acalorado, puede ayudar a regular la temperatura corporal más rápidamente y favorecer la recuperación.
Sin embargo, esto no siempre es cierto, ya que en algunas personas puede provocar un corte de digestión debido al choque térmico entre el agua fría y el cuerpo, que se encuentra en un estado de elevada temperatura tras el ejercicio intenso. Esto puede afectar el ritmo cardíaco y generar malestar.
Otro aspecto relevante es la hiponatremia, un trastorno que se produce cuando se bebe agua en exceso y se reemplazan los líquidos, pero no las sales minerales. Beber agua fría tras el ejercicio podría llevar a una hiponatremia, especialmente porque el agua apenas contiene sales minerales, como el sodio, que son esenciales para el funcionamiento adecuado del cuerpo.
Esta descompensación de minerales puede manifestarse a través de calambres, vómitos o mareos. Por esta razón, se recomienda el consumo de bebidas isotónicas para una correcta recuperación de los minerales perdidos durante el ejercicio.
En cuanto a la relación entre el agua fría y la pérdida de peso, algunas personas sostienen que beber agua fría puede ayudar a adelgazar. La teoría detrás de esto es que al consumir líquidos fríos, el cuerpo tiene que trabajar más para regular su temperatura, lo que estimula el metabolismo y quema más calorías.
Aunque este efecto térmico es real, las calorías quemadas por esta acción son mínimas. En realidad, la pérdida de peso efectiva se logra a través de un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular y una dieta equilibrada diseñada de forma personalizada por un dietista nutricionista.
Por otro lado, en lo que respecta a la digestión, se ha planteado la pregunta de si es conveniente tomar agua fría después de comer. Algunos expertos sostienen que el agua fría puede causar indigestión, por lo que es preferible optar por bebidas calientes o infusiones para favorecer el sistema digestivo y los riñones. Se sugiere que el agua tibia o caliente contribuye a una mejor digestión y ayuda a eliminar toxinas del cuerpo.
Cuando se consumen bebidas frías, los vasos sanguíneos y el cuerpo en general se contraen para regular la temperatura corporal, lo que puede llevar a una pérdida excesiva de agua y nutrientes de los alimentos. Además, el agua fría puede solidificar las grasas presentes en la comida, lo que dificulta la digestión y puede generar estreñimiento.
Beber agua tibia, los beneficios
En contraste, beber agua tibia presenta diversas ventajas. Primero, ayuda a mejorar la digestión al facilitar la eliminación de toxinas del cuerpo. Asimismo, puede combatir el estreñimiento al mejorar los movimientos intestinales.
El agua tibia también tiene propiedades analgésicas, relajando los músculos abdominales y aliviando dolores comunes como los menstruales o los dolores de cabeza. Además, estimula la circulación sanguínea, ayudando a eliminar depósitos de grasa y toxinas, y favorece la reparación de las células de la piel, aumentando su elasticidad.
La elección entre el agua fría y el agua a temperatura ambiente depende del contexto y las necesidades individuales. Aunque beber agua fría puede tener ciertos beneficios en determinadas situaciones, como después del ejercicio intenso para regular la temperatura, es importante tener en cuenta sus posibles desventajas, como el riesgo de hiponatremia o indigestión.
En general, el agua tibia parece ser más favorable para la digestión y el bienestar en general. Como siempre, es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener recomendaciones personalizadas y asegurarse de mantener una hidratación adecuada y saludable en el día a día.