El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, principalmente por el mosquito Aedes aegypti. Es una enfermedad común en regiones tropicales y subtropicales, y representa una importante preocupación de salud pública en muchos países como Colombia.

El virus del dengue pertenece a la familia Flaviviridae y existen cuatro serotipos diferentes: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. Todos estos serotipos pueden causar la enfermedad, y la infección con uno de ellos proporciona inmunidad de por vida para ese serotipo específico. Sin embargo, la infección con un serotipo no proporciona inmunidad a los otros serotipos, y de hecho, la infección repetida con diferentes serotipos aumenta el riesgo de desarrollar una forma más grave de la enfermedad, conocida como dengue grave o dengue hemorrágico.

El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. | Foto: smuay

Los mosquitos Aedes aegypti son los principales vectores de la enfermedad. Estos mosquitos son más activos durante el día y suelen picar especialmente al amanecer y al atardecer. También pueden encontrarse en áreas urbanas y periurbanas, donde se reproducen en pequeños criaderos de agua estancada, como recipientes, neumáticos, floreros, entre otros.

Cuando un mosquito hembra Aedes aegypti se alimenta de una persona infectada con el virus del dengue, adquiere el virus en su sistema. Después de un período de incubación en el mosquito, que varía entre 8 y 12 días, el mosquito puede transmitir el virus a otras personas a través de sus picaduras. La transmisión solo ocurre cuando el mosquito está infectado durante la fase de viremia, es decir, cuando el virus se encuentra en cantidades suficientes en la sangre del individuo infectado.

Es importante destacar que el dengue no se transmite de persona a persona directamente, sino a través de la intermediación de los mosquitos. Por lo tanto, no se puede contagiar el dengue al tener contacto directo con una persona infectada.

Una vez que una persona es infectada con el virus del dengue, puede experimentar una amplia gama de síntomas, que van desde una forma leve hasta una forma más grave. Los síntomas suelen aparecer entre 4 y 7 días después de la picadura del mosquito infectado y pueden incluir:

  • Fiebre alta.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Dolor en las articulaciones y los músculos.
  • Erupción cutánea.
  • Dolor detrás de los ojos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Sangrado leve, como sangrado de nariz o encías.
El dengue no se transmite de persona a persona directamente, sino a través de la intermediación de los mosquitos. | Foto: Getty Images

La mayoría de los casos de dengue son leves y se resuelven por sí solos después de varios días. Sin embargo, en casos más graves, especialmente en personas que han sido infectadas con diferentes serotipos del virus, el dengue puede evolucionar hacia una forma más severa, conocida como dengue grave o dengue hemorrágico. Este tipo de complicaciones puede causar sangrado grave, daño en órganos como el hígado y aumentar el riesgo de complicaciones potencialmente mortales.

Así las cosas, las personas que pueden verse más vulnerables a contraer la enfermedad son:

  • Gestantes: El dengue durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones tanto para la madre como para el feto.
  • Niñas y niños de 1 año a menos: Su sistema inmunológico aún está en desarrollo y pueden tener dificultades para combatir la infección.
  • Personas de 65 años a más: A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunológico puede debilitarse, lo que aumenta el riesgo de complicaciones.
  • Persona con enfermedades comórbidas: Aquellos que padecen enfermedades como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, obesidad o enfermedades cardíacas tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves.
El Valle del Cauca es una de las regiones del país con más casos de Chikunguya y dengue. | Foto: COLPRENSA ©

La prevención del dengue se centra en la eliminación de los criaderos de mosquitos y en la protección personal contra las picaduras de mosquitos. Algunas medidas de prevención incluyen:

  • Eliminar recipientes y objetos que puedan acumular agua estancada.
  • Tapar adecuadamente los recipientes que no se puedan eliminar.
  • Utilizar mosquiteros en puertas y ventanas.
  • Usar repelente de insectos que contenga DEET u otros ingredientes recomendados.
  • Vestir ropa de manga larga y pantalones largos cuando sea posible.
  • Evitar la exposición al aire libre durante las horas de mayor actividad de los mosquitos.