Dormir bien es muy importante para la salud, debido a que, ayuda al cuerpo y el cerebro a funcionar adecuadamente. Una buena noche de sueño puede mejorar considerablemente la memoria, la toma de decisiones, la creatividad y el aprendizaje.
Sin embargo, cuando no se tiene una buena calidad de sueño, se puede generar enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes. Por tal motivo, el portal Healthline da a conocer una serie de suplementos para lograr conciliar el sueño; sin embargo, antes de considerar ponerlos a prueba, se recomienda consultar con un profesional de la salud.
Raíz de valeriana
La valeriana es una hierba nativa de Asia y Europa. Su raíz es utilizada en la mayoría de ocasiones para tratar los síntomas de ansiedad, depresión y menopausia. De acuerdo con estudios, consumir 300 mg y 900 mg de valeriana justo antes de acostarse puede mejorar considerablemente la calidad de sueño.
Magnesio
El magnesio es un mineral implicado en cientos de procesos del organismo. De igual forma, puede ayudar a calmar la mente y el cuerpo, motivo por el cual facilita el sueño. Aumentar la ingesta de magnesio a través de suplementos puede ayudar a optimizar la calidad y cantidad de sueño.
Melatonina
La melatonina es una hormona que el organismo produce de forma natural, y que le indica al cerebro que es hora de descansar. De acuerdo con el citado portal, la liberación de la melatonina depende de la hora del día. Por tal motivo, los suplementos de melatonina se han convertido en una opción viable para dormir bien.
Los efectos del insomnio en el cuerpo
El insomnio puede tener múltiples causas y puede ser tanto agudo como crónico. El insomnio agudo es de corta duración y generalmente está relacionado con factores externos, como el estrés, los cambios en el entorno o los eventos traumáticos. Por su parte, el insomnio crónico se prolonga durante un período más extenso, generalmente más de tres noches a la semana durante al menos tres meses y puede estar asociado con trastornos de salud subyacentes o factores de estilo de vida.
Hay varios hábitos que pueden contribuir al desarrollo del insomnio. El estrés y la ansiedad son dos de los principales culpables. Preocupaciones laborales, problemas familiares o de relación, y otros desafíos emocionales pueden mantener la mente activa y dificultar la relajación necesaria para conciliar el sueño.
Además, los trastornos de salud mental, como la depresión y el trastorno de ansiedad, a menudo están relacionados con el insomnio. Este no es una dato menos relevante en el contexto colombiano si se tiene en cuenta que de acuerdo a un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 4,7% de la población nacional padece esta situación.
Los efectos de esta situación en el cuerpo pueden ser diversos y perjudiciales para la salud. La falta de sueño adecuado puede afectar negativamente el funcionamiento cognitivo y emocional. La concentración, la memoria y la toma de decisiones se ven comprometidas, lo que puede dificultar el desempeño en el trabajo o en actividades diarias. También, la falta de sueño puede aumentar la irritabilidad y el estrés emocional, lo que puede afectar las relaciones interpersonales.
En el caso del insomnio crónico, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud a largo plazo. Estudios han mostrado que la falta de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como hipertensión arterial, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
Dentro de estos padecimientos también está el riesgo de la aparición de la diabetes tipo 2 y trastornos metabólicos. El sistema inmunológico también puede debilitarse, lo que puede hacer que una persona sea más susceptible a enfermedades y dificultar su recuperación.