La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente, de acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó en su portal web que con el tiempo, el páncreas sigue tratando de regular el nivel de glucosa en la sangre y genera cada vez más insulina hasta que se agota y ya no puede producir grandes cantidades de esta hormona, y como resultado, los niveles de glucosa en la sangre aumentan hasta alcanzar el rango diabético.

La terapia con insulina es a menudo una parte importante del tratamiento de la diabetes. | Foto: Getty Images

Por ello, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) revelaron cinco métodos naturales para revertir la resistencia a la insulina:

1. Tener un peso saludable: Un peso saludable para los adultos suele implicar un índice de masa corporal (IMC) entre 18.5 y 24.9, y para saberlo hay que dividir el peso entre la estatura al cuadrado: IMC = Peso (Kg) / Estatura al cuadrado (Mt), como, por ejemplo, una persona pesa 64 Kg y mide 1.5 metros: 64 / 1.5 x 1.5 = 28.44. Este dato indica el IMC de la persona (28.44) se encuentra en los valores correspondientes a sobrepeso.

  • Si el IMC es menos de 18.5, la persona se encuentra dentro del rango de peso insuficiente.
Una dieta saludable y un programa de ejercicios pueden ayudar a mantener el buen estado de salud de una persona. | Foto: Copyright Dazeley
  • Si el IMC es entre 18.5 y 24.9, la persona se encuentra dentro del rango de peso normal o saludable.
  • Si el IMC es entre 25.0 y 29.9, la persona se encuentra dentro del rango de sobrepeso.
  • Si el IMC es 30.0 o superior, la persona se encuentra dentro del rango de obesidad.

2. Hacer ejercicio: las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

Un estilo de vida saludable es clave para prevenir enfermedades. | Foto: Getty Images

De hecho, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que hay diferentes tipos de ejercicio, entre los que se destacan:

  • Actividades aeróbicas: caminar a paso ligero, trotar, nadar y andar en bicicleta.
  • Actividad de fuerza: algunos ejemplos son el levantamiento de pesas y el uso de banda elásticas
  • Ejercicios de equilibrio: tai chi o ejercicios como estar de pie en una pierna.
  • Ejercicios de flexibilidad: el yoga y estiramientos.

3. Dormir bien: los expertos recomiendan que los adultos deben dormir entre siete y nueve horas por noche para tener una buena salud, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos.

4. Controlar el estrés: una recomendación de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, es practicar técnicas de relajación, como respiración profunda, yoga, meditación, tai chi, ejercicio y oración.

5. Evitar niveles altos de glucosa en la sangre: según el Grupo Sanitas de España, se considera normal si los niveles de glucosa se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida.

De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien explique el tema mencionado.